Más allá de los 106 millones de personas que vieron el juego, con todo y el show de medio tiempo, lo que vivimos en Arizona fue uno de los mejores juegos, con emociones a tope y un poderío de ofensivas. Fue intenso desde el segundo uno hasta la forma en la que Reid cerró la última serie, sin anotar el touchdown, para terminarse el reloj y no darle tiempo a Filadelfia.
Con esto, Mahomes sigue incrementando su popularidad y toma la estafeta para ser la gran figura de la NFL. Ser el MVP de la temporada, del juego y ganar su segundo campeonato, hablan de dominio absoluto. Conecta con las nuevas generaciones y, lesionado, levanta otro Vince Lombardi.
También tenemos que detenernos en el poderoso mensaje de Rihanna, con un show que no necesitó de varios vestuarios y acrobacias para ponerle acento a uno de los temas más necesarios que existen en una sociedad cada vez más progresista, pero que aún cuenta con muchos entes atorados, creyendo que un embarazo es condición para quedarse en casa.
Se movió en un escenario futurista, para prender al estadio y las redes sociales.
No podemos dejar a un lado el caso de éxito de Diana Flores, mexicana que fue campeona de los World Games en el cada día más famoso tochito bandera y que, con un anuncio en plena transmisión del Super Bowl, logró posicionar de nuevo el esfuerzo y talento de la mujer mexicana. Además, con sus papás en el estadio.
Y cierro con la creciente oferta de entretenimiento y actividades que hay en el súper evento. Ya no sólo basta el juego, el show de medio tiempo y los comerciales, sino que ahora las fiestas para comer, fuera de un estadio, ya que son montadas seis plataformas en todo el radio del complejo, para llevar bandas, DJ’s y mucho más. Una locura lo que genera el showtime por excelencia. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A lo que me dejó el Super Bowl.
@EnriqueVonBeas