Expertos consideran que la desigualdad define a América Latina y el Caribe; una región en donde la riqueza, los ingresos, la justicia, la educación y las oportunidades están en manos de unos pocos. Este desafortunado contexto hace que las personas más vulnerables sean las principales afectadas durante pandemias, desastres naturales, o crisis económicas como la cual atravesamos.
América Latina no es la región más pobre del mundo, pero sí la más desigual en lo que respecta a la distribución de ingresos entre su población. Buscando “no dejar a nadie atrás”, los países en desarrollo han avanzado hacia mayores niveles de igualdad, sin embargo, esto cada vez es más complicado. La desigualdad hoy es el centro de todos los debates, políticas públicas y actividades y es cada vez más común que identifiquemos acciones más agresivas para erradicarla.
De acuerdo con la Agenda 2030, la igualdad es un motor clave para el desarrollo sostenible. ¿Queremos crecer como país? Necesitamos mayores niveles de igualdad; compartir esa prosperidad y oportunidades que hoy sólo se concentran en un porcentaje muy pequeño del país.
Para lograrlo es necesaria una nueva forma de trabajar; un nuevo pacto o reglas del juego entre el gobierno, la empresa y la sociedad. Quizá seguimos igual pues siempre hemos intentado resolver los problemas de la misma manera. Hoy necesitamos empresas con políticas más agresivas para proteger a sus trabajadores, a la comunidad en la que se desarrollan, y al medio ambiente. Necesitamos de gobiernos cuyos sistemas de protección social reduzcan los riesgos económicos y sociales de las personas en situación vulnerable. Y por supuesto, necesitamos de una sociedad que cuestione, que entienda el por qué a todos nos conviene vivir en una sociedad igualitaria y que enfoque desde cualquier industria a conseguirla. No hay empresa exitosa en sociedad fracasada; no hay seguridad en sociedades con tensiones; no hay desarrollo sostenible sin igualdad.
Los próximos años veremos intensificados los discursos y esfuerzos centrados en la desigualdad. El contexto en el cual nos encontramos nos ha evidenciado la necesidad de mejores condiciones de vida para todos. Esto no es algo que dependa de un solo actor, en este caso el gobierno, sino de una sociedad que en su conjunto trabaje para alcanzarlo.
