A casi 90 años de la fundación del PRI, con sus dos anteriores denominaciones, el ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz ha emprendido una gira por todo el país, convocando a sus correligionarios a democratizar la toma de decisiones al interior del partido, como primer paso para luego buscar la dirigencia que en estos momentos ocupa Claudia Ruiz Massieu de manera interina.
En sus casi 90 años, el PRI se contentó con una democracia dirigida o una dicta-blanda, como quiera verse, en la que el Presidente de la República en turno marcaba la línea a seguir y cuando fue oposición cedió ese privilegio a los gobernadores. El que paga manda.
En esas nueve décadas los dos movimientos más fuertes buscando la democracia interna fueron los de Carlos Alberto Madrazo y Jesús Reyes Heroles, uno en la primera mitad de la década de los sesentas y el otro en la primera mitad de los setentas.
Los dos movimientos eran parecidos y muy básicos: buscaban que fuese la militancia quien escogiera a los candidatos y a los dirigentes del partido.
Madrazo se enfrentó a la cerrazón del Presidente Gustavo Díaz Ordaz que terminó destituyéndolo en 1965 y cuatro años después murió en un accidente aéreo en Monterrey, que inmediatamente alentó la teoría de que había sido atentado criminal.
Reyes Heroles dirigió al PRI de 1972 a 1975 y emprendió un movimiento democratizador que se topó con la oposición del Presidente Luis Echeverría que terminó destituyéndolo, pero años después, como Secretario de Gobernación, fue el autor intelectual de la amnistía a los presos por los movimientos de 1968, 1971 y la guerrilla, además de la reforma política de 1977 que le dio legitimidad al Partido Comunista.
A diferencia de Madrazo y Reyes Heroles, Ulises Ruiz no es el dirigente del PRI, busca serlo siempre y cuando logre la democracia interna.
Pero además, a diferencia de Madrazo y Reyes Heroles, Ulises Ruiz tiene fama de pendenciero. Cuando gobernó Oaxaca lo hizo con mano dura hacia sus opositores. Además promueve una democracia que no alentó en su Estado cuando lo gobernó.
La tarea de Ruiz no es nada fácil y quizá sea el menos indicado para emprenderla. Lo que es evidente es que en estos momentos en que el PRI quedó convertido en partido morralla, en chiquillada y que además a partir de diciembre solo gobernará en 11 de los 32 estados, al PRI le convendría democratizarse, pero seguramente no lo hará. Lo estamos viendo en Tamaulipas.
En fin, en las próximas semanas tendremos al señor Ulises Ruiz, como tuvimos hace meses a Ivonne Ortega con su discurso renovador que quedó en la nada.