Una vez que se determine que el candidato oficial de la coalición conformada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Verde Ecologista Mexicano (PVEM), y Partido Nueva Alianza (PANAL) es José Antonio Meade Kuribreña, se afianzará más la interrogante ¿Cómo podrá ganar la presidencia de la República? Es un largo trecho que se tiene que recorrer hasta el día de las elecciones, pero seguramente lo impulsaría la segmentación social.
La sociedad mexicana, como muchas otras más del mundo, empezó a transfigurarse de masas regionales a la híper segmentación en la que cohabitan diferentes estilos de vida, costumbres culturales y formas de pensamiento muy divergentes entre sí. De esta forma, México pasó del voto familiar dictado por el patriarca a la ahora decisión electoral unipersonal en el mismo núcleo de la familia; es decir, ya no queda espacio para fincar la estrategia rectora en el voto corporativo de los grandes sindicatos nacionales.
En ese sentido, José Antonio Meade reconoce la segmentación social -de la que él se siente muy cómodo- sabe entablar interlocución con esas micro sociedades que caben en un México incesante por estar inmerso en la globalización. Despojado de toda la parafernalia política, su reto personal es que esos aparatos logísticos e imagológicos de una campaña presidencial no sean una barrera para conectar con los segmentos que habitualmente interactuó toda su vida.
Por ejemplo, de acuerdo a la Fundación Mexicana de Dermatología, entre 1 y 2 por ciento de los mexicanos padecen vitíligo; si bien no es una enfermedad que limite ni una capacidad intelectual o física del ser humano, resulta un estigma para algunas personas que no tienen una pigmentación ordinaria en su piel. Este segmento de la población pudiera encontrar una conexión particular, por más de un motivo.
En lo personal, hace seis años conocí a José Antonio Meade, cuando me dio un recorrido guiado y narrado por él mismo en la exposición en el interior de Palacio Nacional, momento en el que aprecié su real pasión por la cultura y el arte, además que es una condición compartida con su esposa Juana. La comunidad cultural del país es otro segmento que encontraría en Pepe Meade un aliado para impulsar el desarrollo de los creadores mexicanos.
En la celebración del 15o Aniversario de Banco Azteca, Ricardo Salinas Pliego aseguró que el riesgo que había tomado en 2002 para constituir la institución bancaria encontró un aliado para consolidar ese sueño de un puñado de inconformes. La comunidad financiera conoce la forma de trabajar de José Antonio Meade desde hace dos décadas y ese segmento es otro que apostaría por alguien conocido ‘que bueno por conocer’ justo cuando hay tanta incertidumbre en el futuro.
Quizás la híper segmentación electoral no sea nada atractivo para cualquier estratega, pero justo lo será para los más avezados y con profundo conocimiento en la inmersión social, el gran reto de José Antonio Meade es conectar correctamente con cada segmento de este gran mosaico, tan diverso, que ya es nuestro México. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
