La ONU publicó la semana pasada un informe sobre la Situación y las Perspectivas de la Economía Mundial en 2021. En lo que respecta a América Latina y el Caribe, la organización considera que la región enfrentará una recuperación económica frágil e irregular. El informe advierte que la pandemia ha venido a profundizar la desigualdad en la región, por ejemplo entre los trabajadores de la economía formal e informal, así como entre mujeres y hombres. Además, es inevitable el retroceso de la región en los esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tienen como meta poner fin a la pobreza, proteger el planeta y que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.
En lo que respecta al empleo, las políticas de confinamiento y restricción de la movilidad ocasionaron grandes olas de desempleo y pérdida de ingresos. Tan solo durante la primera mitad del 2020, 47 millones de trabajadores en América Latina y el Caribe perdieron su empleo, principalmente del sector informal. Esto impacta directamente en la inversión, pues el confinamiento, la baja demanda de productos y servicios, aunado a la incertidumbre, hacen que todo inversionista reconsidere sus planes.
Los gobiernos de la región han respondido ante estos retos con medidas y esfuerzos fiscales que van desde transferencias monetarias; transferencias en especie como alimentos y medicinas; seguros de desempleo; y hasta la exención de impuestos. Destacan Brasil, Chile y Perú como los países que han introducido mayores medidas de estimulo en la región. Las medidas antes mencionadas han permitido mitigar parcialmente el impacto social de la crisis pero aún queda mucho por hacer.
La región se encuentra ya experimentando una ligera recuperación. Expertos y organizaciones internacionales coinciden en que es necesario un nuevo modelo de desarrollo para la región, uno que involucre a todos los actores de la sociedad y mantenga a la igualdad como su base, pues ésta promueve mayores ingresos, más demanda, crecimiento, productividad y oportunidades iguales para todos. Ante el escenario tan frágil y lleno de incertidumbre en el cual nos encontramos, la implementación de políticas públicas y programas de responsabilidad social orientadas hacia la igualdad y la sustentabilidad, son más urgentes que nunca.