Los desmanes que ocasionaron los hondureños para ingresar a México, provenientes de Guatemala, es una muestra del riesgo que representa ese grupo que tiene la meta de llegar a la frontera norte de nuestro país, con la intención de cruzar al lado americano. Y en este sentido es obvio que Nuevo Laredo será su principal punto de llegada, así que imagínense nada más que causen desmanes similares en nuestra ciudad, ¿cómo se les va a detener? Y no estoy pecando de inhumano, cierto es que son seres humanos como todos nosotros, que necesitan apoyo. ¿Pero, porqué vienen huyendo de Honduras? ¿Por la pobreza? Pues en México no estamos muy bien que digamos.
Ahora bien, ¿qué acaso 2 mil hondureños no son suficientes para derrocar a su gobierno? O al menos iniciar una revuelta para ello, y en la que júrenlo se unirían muchos más, pues como siempre basta quien encienda la mecha. Pero no, prefieren irse a otro país (Estados Unidos) donde no los quieren y evidentemente no los van a dejar pasar, por lo que se van a quedar en otro país (México) donde por humanidad se les tiene que atender y pasarán a representar una carga más para nuestra endeble economía.
¿Y en qué nos va ayudar que estén en México? ¿Acaso vienen médicos, ingenieros, arquitectos o doctores en la caravana? Que sepamos la mayoría son personas sin profesión, y gran parte de ellos son gente conflictiva, que ya lo demostraron en su interrupción a territorio nacional. Tal vez esté siendo muy duro en mi comentario, pero soy realista.
Entiendo que habrá quienes se desgarren las vestiduras y se echen ceniza en la cabeza, defendiendo la causa de los migrantes hondureños, pero seguro estoy que ninguno de ellos está dispuesto a alojarlos en sus casas y asistirlos durante el tiempo en que estén en nuestra ciudad, en nuestro estado, en nuestro país. Porque hoy en día la hipocresía pondera en las redes sociales. Nos sentimos bien comentando cosas a favor de ellos, tratando de demostrar que somos buenos samaritanos, pero cuando se trata de apoyar nos escondemos o volteamos la cara para otro lado. Siendo realistas la llegada de los hondureños representa un serio problema para nuestra sociedad, porque la gran mayoría se van a quedar aquí. Total, ya no tienen nada que perder, y no se quieren regresar a su país. Así es que aquellos que ahorita apoyan que los dejen pasar, tal vez mañana lamenten la situación. Hablar y criticar es muy fácil. Actuar y ser parte de la solución, es lo difícil. Y ahí, como Poncio Pilatos, se lavan las manos.
