Habrá muchas lecturas del ejercicio democrático –guste o no- sobre la consulta para la revocación de mandato realizada el domingo, 10 de abril, en todo el territorio mexicano –digan lo que digan, se cubrió todo el país-, del gasto –que debería tener más, pero no lo autorizó la autoridad hacendaria- de mil 692 millones de pesos erogado por el Instituto Nacional Electoral (INE) más allá que fuera destinado para enaltecer el ego del presidente Andrés Manuel López Obrador, su rostro tras emitir su sufragio mostraba preocupación y hasta se expresaba con cierto enojo, quizás porque estaba en juego algo más que su alter ego politikón, en mi opinión, ese día estaba en juego el mega simulacro para las elecciones.
Con la consulta para la revocación de mandato dicen los analistas que todos salieron perdiendo, tanto México, como el INE, así como el lopezobradorismo; algo con lo que no coincido, porque creo que sí hubo un ganador de esto y ese es el presidente Andrés Manuel, porque este ejercicio le permitió sentar tres precedentes que serán cruciales más allá del domingo, 10 de abril. Me explico.
Primero, de efecto casi inmediato, aplicable en este junio de 2022. Este ejercicio sirvió para determinar la capacidad de movilización que tiene el lopezobradorismo a muy temprano momento –primer point- de las seis campañas a la gubernatura que están en juego este año, de ahí que los resultados arrojados, dan una luz anticipada del rumbo que llevan sus candidatos. En la tabla de 32 entidades federativas que participaron en la consulta de revocación de mandato queda en la posición 2 –de mayor a menor- está Oaxaca con 26.7 por ciento de participación ciudadana, en la posición 8 está Quintana Roo con 20 por ciento, seguido en el lugar 9 por Hidalgo con 19.7 por ciento, un poco más abajo en el lugar 12 está Tamaulipas con 17.2 por ciento, mientras casi al final se ubica Durango con 10.1 por ciento, y para cerrar en la posición número 31 de 32 se coloca Aguascalientes con 8.6.
Segundo, y de mucho cuidado para la siguiente Presidencia de la República. Como ya lo he comentado en anteriores Apuntes en este mismo espacio editorial, conforme al modelo diseñado por el profesor en historia, Allan Lichtman, -por el momento- ya no existen condiciones para que alguien emanado del lopezobradorismo pueda ganar las elecciones presidenciales de 2024, por consiguiente el instrumento de revocación de mandato, más con la preservación de su base electoral de la nada despreciable cantidad de 15 millones de votantes, en el mejor de los casos servirán como una herramienta de presión pública contra la o el siguiente presidente de México, en el peor de los escenarios sería un chantaje político al puro estilo de los 80’s cuando amagaba los pozos petroleros –de la que ahora defiende tanto- de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en Tabasco.
Tercero, y no menos importante. Rumbo a las elecciones presidenciales de 2024 este ejercicio de revocación de mandato sirvió para tres cosas:
- BASE ELECTORAL LOPEZOBRADORISTA
Destaca que el presidente Andrés Manuel ha sabido mantener al paso de los años a su base electoral lopezobradorista, ahora ya lo confirmó, y esos 15 millones de votantes será el ejército de primera línea de batalla.
- CAPACIDAD DE MOVILIZACIÓN EL “DÍA D”
Ya midió el presidente Andrés Manuel lealtades y capacidades de movilización en cada entidad federativa, por lo que tienen tres años para afinar el diseño estratégico para la movilización del “Día D” en 2024.
- TOPE PARA ROMPER LA LEY ELECTORAL
Ya también midió el presidente Andrés Manuel hasta donde está el tope imaginario para romper la ley electoral, tanto con la opinión pública con su límite de tolerancia, como hasta las autoridades electorales, en aras del 2024.
APUNTES
Por todo lo anterior, creo que con el ejercicio de la consulta de revocación de mandato en realidad hacen un mega simulacro para las elecciones del 2022 y de las presidenciales de 2024, pero no hicieron historia, ni fue un culto al ego del presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com