Fotógrafos

Mi primera labor en el medio periodístico fue como fotógrafo. Ya he comentado que quien me dio esa oportunidad fue Don Jesús Valdez Gutiérrez, quien en ese entonces era el jefe de redacción del periódico Laredo Ahora. Él le dijo a mi hermano Antonio Martínez Contreras, quien me metió en estos menesteres, que me enseñara a tomar fotos y me fuera con él a tomarlas, ya que mi intención cuando llegue a dicho medio ya extinto, era el trabajar en la prensa. Recuerdo que se me dificultó mucha la labor de fotógrafo, debido más que nada por el enorme gasto que representaba el producir las fotos, ya que en mis primeros pininos eché a perder mucho material, y en aquel entonces eso representaba mucho dinero por la compra de rollos y papel fotográfico. El tomar fotos antes no era para nada como ahora. Antes el ser fotógrafo era una profesión muy delicada, y sobre todo dedicada. Porque no era como ahora que cualquiera trae una cámara, incluso en su propio teléfono, y le pica a un botón y ya tiene una foto. Claro que hay quienes a pesar de esto toman fotos malísimas, pues no saben ni siquiera entender el concepto de la contraluz y de las sombras. Y los que lo saben, y son buenos para tomar imágenes, ni siquiera se imaginan las de Caín que tuvimos que pasar muchos fotógrafos hace varios años para realizar el trabajo. Para empezar antes las cámaras eran manuales, por lo que tenía uno que calcular la apertura y la velocidad, lo cual era básico para captar una buena imagen. Cargaba uno un enorme estuche donde no solo se traía la cámara, sino en ocasiones hasta dos o tres, con uno o dos flahs, y varios lentes, como un telefoto, un macro y un gran angular, más el lente normal que siempre iba pegado a la cámara. Y eso no es nada, había que traer un montón de película, varios rollos fotográficos. Cada rollo tenía como máximo 36 tomas, mismas que se tenían que aprovechar al máximo, y tomar una foto buena en la menor cantidad de tomas, no como ahora que se toman 200 fotos, para escoger una sola, pues al fin y al cabo las tarjetas de memorias dan para eso y más, y las fotos se guardan en un disco duro, se limpia la memoria y se vuelve a usar, y antes no, antes los rollos costaban, y costaban un buen dinero, y se usaban una sola vez, y había que guardarlos para el archivo. Ni que decir de la impresión, que también le costaba a uno, pues había que comprar el papel especial para elaborar las fotos y mostrarlas en la redacción (y otro problema era que le gustaran al jefe, siendo que ahora hasta se agarran fotos del Internet), nada que ver con los tiempos actuales en que los fotógrafos que trabajan en los periódicos no tienen que imprimirlas, simplemente las muestras. Incluso los amateurs que toman sus fotos tampoco las imprimen, solo las guardan en sus computadoras o memorias. Antes uno como fotógrafo tenía incluso que hacer labor de laboratorista, meterte a un cuarto oscuro con apenas una luz tenue roja para elaborar las fotos, y saber darle la luz necesaria para no hacerlas muy oscuras o muy claras, y sobre todo saber aplicar el fijador, que era un líquido que detenía el proceso de “quemado” de la foto. Era todo un “show” pues, ser fotógrafo en el pasado. Nada que ver ahora con la tecnología, que ha cambiado mucho esta profesión. Ahora con todo respeto, cualquiera se siente fotógrafo, pues cualquiera trae una cámara en su teléfono celular. Pero ojo, el tomar fotos no te hace fotógrafo, pues la fotografía es un arte, en el que lo principal es captar la mejor imagen en el momento preciso y el lugar adecuado, y eso solo te lo da la experiencia y el amor por la profesión.. Es por eso que los mejores fotógrafos son aquellos de la vieja guardia, los que sabían enrollar un rollo en menos de 10 segundos y poner otro en menos de 15 segundos, y seguir tomando fotos, siempre con el ojo pegado al visor de la cámara, moviéndose a ciegas para atrás, para adelante y para los lados, todo a fin de tener el mejor ángulo posible. En Nuevo Laredo ha habido muchos grandes fotógrafos, y yo he tenido la dicha de conocer a muchos de ellos, como igualmente conozco chavos de las nuevas generaciones que también son buenos en su trabajo. No digo sus nombres porque pudiera omitir alguno y me daría mucha pena, sobre todo porque muchos siguen en activo. A todos ellos mi reconocimiento como fotógrafos, pero sobre todo porque han sobrevivido a la tecnología, y más que nada se ha aprovechado de la misma para poder mantenerse en el negocio. Y en el periodismo siempre diremos que una foto dice más que mil palabras. Una foto, vale incluso más que una nota, sabiéndola tomar, pues con ello se transmitirá el mensaje por sí solo.