México, al igual que el resto del mundo, pasa por una crisis sanitaria y económica sin precedentes. Es cierto que la coyuntura sorprendió a todos los gobiernos, obligándolos a diseñar nuevas políticas públicas, así como adaptar las que ya se implementaban, para hacer frente a los retos públicos y reducir el impacto para sus sociedades. La Organización Mundial del Comercio (OMC), en un informe recién publicado, aboga por políticas comerciales, fiscales y monetarias fuertes para superar los efectos de la pandemia del Covid-19.
La OMC presentó en el Foro Político de Alto Nivel de Naciones Unidas, realizado el lunes pasado, un informe en el que aboga por mantener el comercio abierto durante la crisis a consecuencia del Covid-19. El documento remarca que el sistema multilateral ha contribuido significativamente al desarrollo económico global en la última década. Destaca que, en 2019, el aumento de medidas restrictivas, proteccionismo, entre las principales economías del mundo, principalmente el conflicto entre Estados Unidos (EEUU) y China, crearon nuevos desafíos a los que se suma la coyuntura sanitaria y económica.
Ante este escenario, la OMC reflexiona sobre la importancia de la cooperación multinacional y la generación de políticas comerciales, fiscales y monetarias que favorezcan la misma. A partir de la propuesta de la organización internacional se puede hacer una revisión rápida de las políticas, acciones y decisiones en materia comercial, fiscal y monetaria que se están implementando en México.
En materia comercial lo más novedoso es el T-MEC. El tratado es un instrumento que favorece el comercio entre los socios; México comercializa el 80% de sus exportaciones en la región. Sin embargo, se debe continuar el trabajo de inclusión, innovación y diversificación, así como mostrar respeto el estado de derecho para fomentar la inversión e incrementar la integración de cadenas productivas, para potencializar el tratado recién renovado.
En materia fiscal se implementa una fuerte disciplina para ajustar los ingresos y el gasto, así como la implementación de la famosa austeridad republicana. En la crisis actual, esta política se ve superada. El gobierno se niega rotundamente a generar estímulos fiscales a empresas y apoyar a las personas que han perdido su empleo, así como estigmatizar la deuda. Se requiere un ajuste a la manera de entender y utilizar las finanzas públicas por parte del gobierno federal.
En materia monetaria, el Banco de México (Banxico) implementa una política prudente, se redujeron las tasas de referencia, pero no es suficiente. Se calcula que la inflación no sea del 3% como se estimaba, lo que genera incertidumbre en las expectativas inflacionarias. Ante esta situación, Banxico continúa con la prudencia y realiza la toma de decisiones consensuadas en cada reunión de trabajo para analizar el estado de la coyuntura del momento para que la información emitida genere certeza.
