Sin consultarnos, la vida nos impone a la familia. En cambio, nos permite escoger a los amigos, a algunos de los cuales se les quiere como la familia misma. Y cuando mueren, ¡cómo duele!
Eso nos pasa con Fernando Ríos, a quien conocimos hace más de 35 años. En nuestra adolescencia, nos dio posada durante un par de años y eso consolidó una amistad fincada en el aprecio y el respeto mutuo.
Con cierta frecuencia nos reuníamos a platicar durante un par de horas o más. Lo mismo de política, de literatura, de viajes, de la administración pública, del campo, de su paso en la administración pública. La última vez fue hace una semana y me habló de que había contraído una gripa “cab…” y lo que lo más lo sorprendía era enfermarse por primera vez en los últimos 40 años. Así de sano fue.
Hace apenas algunos meses me dio gusto haberle permitido descubrir a Eduardo del Río, “Rius” y de jalón se compró 57 tomos. Estaba encantado con este monero que en los últimos 50 años ha educado a muchos mexicanos.
Pero le apasionaban muchos autores, desde filósofos, economistas, hasta escritores de bestseller. En nuestra última plática, sacó a relucir un reciente comentario mío sobre la osadía de Benito Juárez al no permitirle el paso por Oaxaca al Presidente Antonio López de Santa Ana, lo que luego le mereció su encarcelamiento en la cárcel de San Juan de Ulúa y su destierro.
Era conocido el estilo sarcástico, mordaz y lapidario, con que trataba a algunos de sus interlocutores, con un diálogo salpicado de palabras altisonantes y en ocasiones se quedaba con la duda de si eso había ofendido a alguien y no dudaba en tomar el teléfono para ofrecer una disculpa innecesaria. Así de generoso era.
Hoy Fernando Ríos descansa en paz. Eso queremos imaginar, aunque inquieto como era, seguramente allá donde ésta, armará mesas de diálogo, para escuchar, para debatir, para confrontar, para polemizar y terminará la discusión con una frase amable, con los mejores deseos y con un afectuoso saludo de despedida.
Se ha ido un buen hombre, al que ya extrañamos. Nuestro pésame a su familia y a todos los que lo apreciaban y lo querían.
En otro tema, este jueves habrá junta de cabildo en Victoria y el polémico alcalde Xicoténcatl González pedirá licencia para separarse del cargo, se consigna en el punto 6 del orden del día sobre los temas a tratar en la sesión.
La salida de Xico, quien aparentemente se integrará al gobierno del Estado, es un intento para que el PAN no pierda Victoria en las elecciones del próximo año.
Las encuestas que miden la popularidad de los alcaldes de las principales ciudades del país, siempre lo ubicaron en el último lugar.
