Observando las candidaturas en varias regiones de México, para las diferentes posiciones de elección popular, encuentro similitudes en el diseño de sus narrativas -que con estrategia o sin ella- les está generando problemas en el correcto posicionamiento con el electorado; un ejemplo lo podemos encontrar en el caso de los candidatos a gobernador de Nuevo León, están entrampados y en algunos casos los anclaron en una ubicación crítica.
Considero a las encuestas de mercado como una herramienta de medición de la percepción pública; es precisamente en esa esfera donde entra la narrativa del candidato, candidata, sus voceros, y hasta la del partido político que los propone. ¿Por qué cayó drásticamente en las encuestas Clara Luz Flores? Fue por un error en la estrategia de su narrativa. Ahora bien, esto no significa que la estructura que está movilizando el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se debilitará, sin embargo esta caída pegó en el ánimo colectivo, por lo que en su relanzamiento retoma la narrativa lopezobradorista.
Es por la narrativa disruptiva –comparada al resto de los competidores- que le permitió a Samuel García, candidato de Movimiento Ciudadano, a despegarse en el desplome de Clara Luz Flores; sin embargo, el hecho diferenciador ya empieza a no serlo por desgaste y porque tras los debates tuvo que hablar de propuestas similares a sus oponentes, incluso hasta iguales con Clara Luz como es la carretera interserrana al sur de Nuevo León.
En el diseño de la narrativa de campaña se deben considerar tres vectores, que cada uno por sí solo debe conformar una matriz de análisis contra los competidores de ese periodo. Conforme a lo que analizamos un grupo de consultores en comunicación durante la contienda presidencial de México en 2018, Andrés Manuel López Obrador alineó su estrategia discursiva hacia la del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para cautivar más electores ¿Se acuerdan de la República del Amor que promovía? Ahora como presidente de la República –contrario a lo que él dice- está movilizándose exactamente a los cuadrantes contrarios: conservador – derecha.
En mi libreta de Apuntes de Comunicación Política ¿Cuáles son los tres vectores principales para diseñar correctamente la estrategia de narrativas? Este es mi ABC que les recomiendo:
A. Promedio académico del electorado
A partir del promedio académico del electorado que se va a persuadir, se debe construir el qué y el cómo de la narrativa. Entre más baja escolaridad, debe ser más hacia el cuadrante conservador y derecha.
B. Propuesta económica del candidato
Ya una vez considerado el promedio académico, se determina la propuesta sobre economía. No es lo mismo tener como principal eje “la tarjeta rosa para la mujer”, que “un nuevo pacto fiscal para el estado”.
C. Estilo de la narrativa de campaña
Aquí entra el cómo de la narrativa, sus tonos, matices, y hasta la comunicación no verbal del candidato, candidata, voceros, incluso instituciones políticas. ¿Se deben decir groserías? ¿Se debe proyectar seriedad?
Analizando las narrativas –que son las que generan parte de la percepción pública-, es ahí donde están entrampados los candidatos a gobernador, pero también de muchos otros candidatos o candidatas a otras posiciones de elección popular. ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com