Durante las precampañas presidenciales de México sobre los tres principales aspirantes mucho se cuestionaron las agendas por estar muy cargadas hacia los partidos políticos que los estaban postulando, que más allá de ser un asunto previsto en las reglas del juego para ese periodo, se debe entender cómo son las tomas de decisiones del votante para cumplir la estrategia para ganar las elecciones del domingo, 1 de julio.
Cierto es que las encuestas muestran la fotografía del momento, por lo que algunos se preocupan por sus resultados cuestionando sí fue correcta la estrategia de tener una agenda tan partidista, no tan abierta como lo hiciera el que –todavía- es el puntero de las preferencias electorales conforme a las mediciones publicadas.
Es importante recordar que la decisión del voto, es un asunto emocional y no racional. Conforme a los estudios realizados del votante, 21 por ciento de los militantes al momento de iniciar las precampañas deciden votar por su partido político, una vez que sale el ungido el candidato se suma otro 25 por ciento; es decir, al finalizar ese periodo –justo el que acaba de terminar- 46 por ciento del total que votará por ese aspirante se habrá formado en el interior partidista, en conclusión, cautivar el voto duro es totalmente crucial para que la estrategia sea exitosa.
Habrá que meter en ese crisol el contexto anterior para observar que el actual –todavía- puntero que prácticamente no se ha movido desde hace meses ¿Sumó su voto duro a esos números o simplemente es la única base que tiene por lo que ya no sube más? Sea como sea, lo cierto es que la estrategia para cautivar las bases del que apenas salió en noviembre de 2017 ya se obtuvo, una cifra que algunos desprecian pero en realidad son muy buenos como punto de partida.
Ya teniendo la base cautiva, lo que sigue en esta intercampaña -que dicho sea de paso es una rareza de los modelos proselitistas internacionales que urge cambiar- deberán cautivar otro 15 por ciento de su meta electoral a conquistar considerando que no se deben exceder en sus apariciones públicas.
Entrando a mayo, cualquiera que quiera ganar debe tener conquistado 76 por ciento de su meta final, una tarea muy difícil pero que deberán acelerar el paso estratégico, con puros tiros de precisión para alcanzar el triunfo en las elecciones.
Dado el contexto, reitero mi opinión que he expresado en este mismo espacio editorial, el puntero de las encuestas no la tiene ganada y menos el tercero la tiene perdida; todavía hay mucho por construir, así como destruir, por lo que el electorado estará más bombardeado que nunca.
Sin duda, estas campañas electorales marcarán un hito en la historia de la comunicación política de México, donde la competencia política es muy real, el electorado es más informado, y el ciudadano tiene una mejor participación. Después de esta contienda electoral todos los partidos políticos deberán cambiar diametralmente sus procedimientos comunicacionales ¿Tendrán la capacidad de reinventarse? ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
