A través de las redes sociales, la ex candidata del PRI a la diputación federal Laura Valdez escribió que “una buena alianza PRI-PAN-PRD sería con los militantes de cada partido, de hueso colorado, no con los líderes estatales que se dedican a vender a los partidos”.
El comentario quizá pasaría inadvertido si Laura Valdez fuese una militante más en el PRI, pero da la casualidad de que hace menos de un mes fue designada Secretaria de Acción Electoral en el Comité Municipal de tricolor. Lo que dijo, pues, trae su propio peso.
En medio de todo esto, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca integró a su administración al perredista Guadalupe Acosta Naranjo, como representante de su gobierno en la Ciudad de México.
Acosta ha sido dirigente nacional del PRD y cuatro veces diputado, dos de local por Nayarit, y dos como diputado federal.
A su vez, los todavía diputados Rigoberto Ramos y Ulises Martínez Trejo renunciaron a Morena y se incorporaron al PAN, donde ya estaban desde hace rato.Rigo Ramos buscó ser candidato de Morena en Reynosa, no lo consiguió y molesto por ello, en plena campaña anunció que se sumaba al PAN para apoyar las candidaturas de Chuma Ibarra y Gerardo Peña.
Al anunciar, o más bien, oficializar su incorporación al PAN, Ramos dijo que comparte los ideales de ese partido.
Por su parte, el Presidente Andrés Manuel López Obrador recibió una sopa de su propio chocolate y un grupo de 200 maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no lo dejó entrar a la reunión del gabinete de seguridad que se realizó en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
El cazador resultó cazado. Todo se habría evitado si hubiera entrado al lugar en un helicóptero. O si hubiera enfrentado a los manifestantes. Es lo que hace cualquier político responsable que es encarado por ciudadanos inconformes. A fin de cuentas, lo que pedían es ser escuchados. Nada difícil de cumplir. Pero el gran Tlatoani decide a quién atiende y a quién no. Por eso nunca recibió a la familia Le Barón y en cambio sí atendió a la mamá del Chapo, Todo es cuestión de amistad, de empatía, de compromiso. No todos son iguales.
Y pensar que son más las coincidencias que las diferencias entre la CNTE y AMLO. Ambos son belicosos, les gustan las manifestaciones, chocar con la autoridad, bloquear el ejercicio de gobierno.