Más allá de que en la competencia política que existirá en las próximas campañas en México, cada contendiente tendrá más de tres opositores por competir en las urnas, la realidad es que muchos de ellos o ellas llegarán al proceso electoral más complejo de la historia del país con lastres personales por diversos factores y ahí es cuando el candidato o candidata es su propio enemigo.
Sin revelar nombres, en las últimas semanas he estado conversando con casi un medio centenar de candidatos a diferentes posiciones de elección popular, desde cuatro que buscan gobernar su entidad hasta un buen número de aspirantes para conseguir un asiento en la Cámara de Diputados. Dado el contexto actual, en algunos casos entrarán en plena campaña creyendo que la marca personal –Buyer persona- les dará soporte para ganar en las urnas, cuando pudiera ser exactamente lo contrario.
Si bien, la imagen pública no da un triunfo electoral, sí da dos o tres puntos a favor en el momento del arranque de la campaña, pero también quita puntaje que puede significar un mal comienzo. Este punto no se trata de un buen slogan o de una poderosa maquinaria de marketing político, sino de la esencia humana del candidato o candidata.
En mi libreta de Apuntes de Comunicación Política ¿Cuáles son los tres factores de la esencia humana que se convierten en enemigos desde el propio “ser” que hay detrás del candidato o candidata? Este es mi ABC para analizar previamente al candidato o candidata:
A. Psique
En la combinación de la conciencia, la inconsciencia y el superego, entran en juego para evitar adaptarse al entorno que conlleva al “ser” del candidato o “ser” de la candidata; esto limita su proyección desde marginando su actuación pública, o confundiendo su rol en la campaña, o hasta sentirse menos en relación al resto de los competidores políticos.
B. Mindset fixed
Proyectan seguridad ante los demás y en lo privado se ponen a la defensiva ante cualquier consejo o crítica, significa que su cerebro está registrando el proceso de campaña como una amenaza a perder su status quo que tenía antes de ser candidato o candidata.
C. Kinesica
La expresión corporal que tenga el candidato o candidata será principalmente la proyección de lo que sucede en su psique y su mindset, siendo agravado por el tipo de cuerpo que tenga la persona; de ahí que podrá verse como un personaje congruente o no.
En veinte años que tengo de consultor de comunicación, de los cuales los últimos seis han sido como coach de candidatos, siempre he recomendado que lleven una terapia personal con un profesional precisamente para fortalecer lo que deben proyectar y conectar con su electorado. Una campaña política –sea la primera o muchas- debe ser considerada por el candidato o candidata como un proceso disruptivo para su vida cotidiana, de la que dependerá ganar o perder como ser humano.
Dicen que para ser, hay que parecer. En este caso, la esencia debe adecuarse para primero ser y después para parecer, sí es que no quiere ser su propio enemigo que le juegue en contra. ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com