Hasta los 12 años de edad fue que tuve visa para cruzar a Estados Unidos. Me la sacó mi señor padre al igual que a mi madre y mi hermano menor. Eran los tiempos de la llamada Forma-13, que te la daban en la oficina local de migración, y el trámite lo hacías en migración americana, en ese entonces ubicadas en el puente uno.
Recuerdo la primera vez que cruzamos iba muy emocionado, aunque ni dinero llevábamos, solo fuimos a husmear y comprar una que otra “cosilla”. En aquel tiempo ir al otro lado era algo normal, casi todos tenían visa, y el que no tenía no se preocupaba ya que cruzaba durante la Ceremonia del Abrazo, que se realizaba en el mes de febrero.
Y no había problema, las autoridades de migración permitían el paso sin visa, ese día. Yo aún recuerdo que una vez mi tía me dijo que me iba a cruzar en uno de esos sábados ceremoniosos, pero mi madre se opuso, así que no pude pasar cuando tenía escasos cinco años de edad. Sin embargo muchos cruzaban en esa fecha, y de hechos muchos se quedaron de aquel lado, y ya después se emigraron. Todavía cuando yo cubría la fuente de Laredo, Texas, para el desaparecido periódico Laredo Ahora, había gente que pasaba, aunque ya con un límite, ya no tantos. Después vino el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, y a partir del 2002 la Ceremonia del Abrazo registró un gran cambio. Ya no cruzaban las personas así como así, solo se permitía el acceso a quienes se registraban para tal efecto, funcionarios de los tres niveles de gobierno, empleados y miembros de la prensa.
En los últimos años la situación ha cambiado totalmente. Ahora la comitiva neolaredense debe registrarse debidamente y además contar con la visa. Ya se ponen vallas para que la gente, que aún sigue acudiendo con la esperanza de cruzar, no pueda pasar, aparte que ya hay vigilancia. Hay más control vaya, y ya es difícil que alguien pase si no tiene visa. Los tiempos en ese sentido han cambiado, y la antigua apertura de las autoridades gringas ya es cosa del pasado. Y se entiende, pues tienen que cuidar sus fronteras y no permitir el paso a quienes no tienen visa, que a decir verdad es fácil de obtenerla, siempre y cuando se tenga un modo honesto de vivir, aunque eso sí, cuesta, y cuesta mucho el tramitarla.
De hecho yo la semana pasada hice el trámite de renovación de la visa, porque ya estaba muy deteriorada, y aunque se vencía hasta mayo del 2020, me dijeron que la cambiara y tuve que desembolsar más de 5 mil 500 pesos, entre el pasaporte y el trámite. Pero ni modo, que le vamos a hacer, queremos seguir cruzando a Laredo, Texas, aun cuando tengamos que hacer enormes filas para ello. Pero sin duda en la mente de muchas personas de edad adulta, y sobre todo los de la tercera edad, aún recuerdan cuando pasaban gratis el puente durante la Ceremonia del Abrazo, todos felices y contentos.
