¿Qué le pareció la primera etapa de las campañas presidenciales? Ahora mismo desde la intercampaña, en la que supuestamente no podrán aparecer los aspirantes a la presidencia de México en los medios para dar sus propuestas o pedir el voto por ellos, pero en esa extraña fórmula legal que aplica el Instituto Nacional Electoral (INE) porque siguen saliendo en entrevistas, sea como sea, concluyen las más complejas precampañas de la historia del país gracias al presidente Enrique Peña Nieto.
En diciembre de 2017 cuando arrancaron oficialmente las precampañas presidenciales en México, los primeros días apuntaba que sería un proceso tan reñido, que cambiaría el cuadro del ajedrez político al que se había acomodado antes de iniciarlo. Posteriormente las piezas se empezaron a mover, tomando las posiciones cada uno de los tres principales aspirantes a Los Pinos, en distancias cada vez más marcadas. Cierto es que no alcanzaron a desbancar al puntero, pero tampoco se movió más allá de su techo de posicionamiento que ya había alcanzado desde meses atrás.
Ahora bien ¿Fueron malos candidatos o tuvo mejor estrategia alguno en lo particular? La complejidad en la promoción electoral que el país ha venido teniendo en los recientes años se debe principalmente a la reforma política-electoral promovida por Enrique Peña Nieto, la misma que como muchas otras más del paquete de grandes reformas estructurales que promovió al inicio de su mandato, tiene como esencia permitir la igualdad de condiciones para propiciar la competitividad. En una ocasión me comentó Ernesto Nemer, actual presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) del Estado de México, que ésta había sido promulgada para acabar con las mejores prácticas que le funcionaban al priismo; tiene razón el experimentado político mexiquense, pero por eso ahora hay una clara competencia.
¿Ya está definida la elección del primero de julio? Desde luego que no, faltan 136 días en los que pasaran muchas cosas, sea por estrategia o por ocurrencias, incluso eventualidades. Como bien dicen en el béisbol ‘esto no acaba, hasta que acaba’, por lo que no se deben adelantar albricias; en ese sentido, un amigo estratega de Tamaulipas me comentaba su consternación porque ya considera perdida la elección, cuando todavía ni siquiera empieza la campaña. Solo habrá que recordar los casos como Hillary Clinton vs Donald Trump, no siempre gana el puntero. Justo ya estamos en ese nivel de competencia en México y también de aplicación de estrategias casi quirúrgicas para poder ganar una elección.
En ese sentido, el puntero tiene la tarea de no perder lo ganado, el segundo remontarse al primer lugar y que no sea jalado por los muertos que dejó en el camino, pero sin duda, anticipan que habrá un golpe de timón desde el War Room al que concluyó la precampaña en tercera posición. Así que le recomiendo que no dé por ganado a uno, pero tampoco perdido a otro, todavía hay mucho por ver ¿y por qué no? También mucho por divertirnos hasta el primero de julio. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
