Son varios y divergentes, en algunos casos, los criterios establecidos, o esgrimidos, por los politólogos, para definir los componentes o elementos que integran un sistema político. No obstante, habría que decir, que tanto unos, como otros, se autodefinen en la forma, o formas constitutivas de un Estado republicano, democrático y social, como el mexicano por ejemplo.
En este caso, cabe decir, que los medios de comunicación masiva, no tanto por razón constitucional, y si más por elemental praxis política, debemos entender todos y los gobiernos más, forman parte de nuestro sistema político, pues son estos, necesarios para la propia reproducción, consolidación y objetividad primaria del Estado mexicano. Imaginase usted, amigo lector, si de por sí, la democracia como filosofía política y más aún desde la perspectiva de la ciencia social, es apenas un paso antes de la anarquía, lo que sucedería si los medios fueran excluidos de las formas y prácticas de gobierno.
Mucho se ha dicho y con razón pienso yo, que la política es comunicación, y que es de las primeras motivaciones del ser humano para asociarse, gremializarse y por supuesto, para actuar en grupos de convergencia ideológica y de proyecto de nación, y luego así, poder también autogobernarse en paz. Quién sino, podría pensar que la comunicación no es el fenómeno más proclive a la política y a las formas de gobierno.
Dicho esto, siempre en forma de preámbulo al tema sustancial de esta colaboración, que tiene todo que ver con la decisión adoptada hace apenas unos días, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre los gastos de publicidad gubernamental ejercidos por el gobierno de Veracruz, durante los años del 2010 al 2013 (según lo señala Excélsior), y declarados como reservados por el ejecutivo de ese entonces, y confirmados por La Sala Constitucional del Tribunal Superior de Justicia del mismo estado de Veracruzano.
La tesis y el proyecto fueron desarrollados por el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien argumenta que la aludida reserva de información es inconstitucional por tratarse de gastos efectuados con recursos públicos, por lo que la reserva en sí, carece de idoneidad y necesidad. El asunto y por fuera de lo acordado por la Corte, precisa de mayor ampliación y de obligada exploración y sentido político.
La solicitud de información fue presentada en Agosto de 2013, después de agotar los recursos en materia de transparencia, fue promovido un amparo contra la ya citada reserva (según publicación de Excélsior). Es de suponerse, entonces, que no sería casualidad, ni tampoco presunción descabellada, que los gastos en medios de comunicación efectuados durante estas fechas de tanta significancia electoral, hayan tenido que ver con los períodos de campañas políticas federales y locales, lo que podría volverse, de ser así, un escandaloso tema mediático, capaz de influir en el proceso electoral del próximo 2018.
Lo que de hecho nos lleva a pensar en la judicialización de un gasto contratado y ejercido en difusión y publicidad gubernamental, con medios de comunicación, que no son, tan solo sociedades mercantiles, sino que de hecho, como lo dijimos antes, son un componente empírico importante del sistema político, que de algún modo (directo o indirecto), tienen o podrían tener acceso a recursos públicos legítimos.
De ahí, que es de suponerse (aclaro suponerse), que el requerimiento en comento y la propia interpretación de los actores y autoridades jurisdiccionales podría también haber tomado en cuenta las diversas caras del asunto; lo jurídico por una parte, lo administrativo por otra, y el de componentes (virtuales o facticos) del sistema político.
No se trata entonces, por lo que se refiere a esta colaboración, si el anterior, o incluso el actual gobierno de Veracruz, hizo o hace bien o mal, esto o lo otro, o en todo caso si la promoción y concesión del amparo tiene o no razón. Lo que a mi entender tiene y le da sentido al asunto, es la ausencia de consideraciones políticas que los órganos del Estado podrían asumir, a fin de evitar ser usados por lo que pretenden combatir.
NOS VEMOS Y LEEMOS EL PRÓXIMO MARTES.
