El Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 es: poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la crisis económica por COVID-19 provocará un aumento en la tasa de pobreza de la región, alcanzando un 37.7%. A nivel mundial, la ONU estima que la pandemia podría sumir en la pobreza a 115 millones de personas; esta sería la primera vez en 30 años que la pobreza aumente en todo el mundo. El ODS 1 es un reto enorme para todos los gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil; un reto que la pandemia vino a complicar aún más.
El 17 de Octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y nos invita a dejar de pensar en este problema sólo como una falta de ingresos, si no a entenderlo como la falta de muchos derechos como lo son la vivienda digna, una alimentación sana, la justicia, atención médica, entre otros. El contexto en el que nos encontramos hace que el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza sea más importante que nunca.
Fuertes programas de protección social son necesarios para evitar que más personas caigan en la pobreza, sin embargo esto está lejos de ser una realidad; en 2016, sólo el 55% de la población mundial se beneficiaba de al menos un programa de este tipo. Por este motivo, una de las metas del ODS 1 es contar con sistemas y medidas nacionales de protección social y, para 2030, lograr una amplia cobertura, especialmente de los pobres y los más vulnerables.
México ha avanzado en erradicar la pobreza. De acuerdo con el CONEVAL, entre 2008 y 2018 el país logró una disminución de la pobreza de 2.5%, al pasar del 44.4 a 41.9% de la población. La mala noticia es que la crisis actual amenaza todos los avances de México en materia de desarrollo social y en definitivo los principales afectados serán los más pobres.
Nuestro bienestar está siempre ligado al de los demás. Una sociedad sin desigualdad y en la que todos puedan gozar de los mismos derechos es una tarea de todos. El Gobierno tiene mucho que hacer y si bien ya cuenta con programas para apoyar a los más pobres, estos deben mejorar su operación y el seguimiento que se le da a los beneficiarios. El sector privado es el motor del crecimiento económico y juega un papel fundamental en la promoción de nuevas oportunidades de empleo, desarrollo y bienestar.
¿Qué más puedes hacer? Involúcrate en una causa social; compra local y en lugares donde los empleados reciben una retribución justa; apadrina un niño; siempre dale al que te pide en la calle; sé voluntario de alguna causa. Hay muchas maneras para contribuir en la erradicación de la pobreza, deja de ser sólo un observador y actúa ahora.
