Cierto es que la figura de Andrés Manuel López Obrador es carismática por diversos factores, más aún cuando arrancó de forma oficial su precampaña -pese que lleva en promoción más de una década- la gran expectación de analistas y políticos es que el líder del partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) canalizaría el humor social del mexicano común hacia su reiterada aspiración por llegar a ser el presidente de México. Sin embargo, hay dos variables que no están poniendo en la fórmula para conseguir el éxito electoral, sí es que lo quiere alcanzar.
La primera variable y quizás la más crucial de las dos, es una consideración que cualquiera opinaría lo contrario salvo los más avezados estrategas: es más fácil administrar la austeridad, que la abundancia. Recordemos el Andrés Manuel con 15 años menos, igual de carismático, y que se enfrentó al mismo presidente de México, en aquel entonces Vicente Fox Quesada, que sin los recursos económicos que en este 2018 cuenta, encabezó una férrea pugna que -desde aquel tiempo- ya discursaba que eran la ‘mafia del poder’.
Conversando con varios personas del primer círculo de Andrés Manuel de aquella primera aventura por llegar a Los Pinos, con los cuales no mantuvo ningún contacto en los recientes años ni por casualidad, refieren como sumaban conciencias bajo el argumento que era una causa ideológica para cambiar el establishment del país, del que supuestamente se había apoderado una ‘mafia del poder’, por lo que sin recursos económicos fueron sumando mentes y manos, incluso aportando sus sueldos que recibían del gobierno de la Ciudad de México.
En este 2018 la aspiración de Andrés Manuel pareciera haber tomado más forma de eventual éxito, con ello también atrajo mayores mecenazgos a su causa, que ya le permite tener más movilidad, más equipo de trabajo y más promoción territorial que se mueve –por lo menos, con gasolina que se paga-; un ejemplo de varios se pudiera considerar a Luis Mandoki, de aquel cineasta que por temporadas venía a México para cubrir al presidenciable de la izquierda mexicana, ahora está de tiempo completo, adicionalmente a otros creativos. Ya hay abundancia en la campaña, algo que destapa a los genios, vendedores de espejitos, pero también abre la pandora de los egos.
La otra variable es que hacen nota de las adhesiones que está teniendo en las últimas semanas Andrés Manuel perdiendo de vista un punto: en política no todas las sumatorias, suman, hay otras que restan. Dicho sea de paso, como la molestia que ya existe adentro de los originales lopezobradoristas por la reciente adhesión de Gaby Cuevas. Poco o nada están observando quienes ya no están con él, los iniciadores; al paso del tiempo se han ido saliendo de su proyecto, desde el famoso chófer Nico, como muchos otros más, que no lo quieren ver ni en pintura ¿Qué les molesta de López Obrador? Su incongruencia y su magnánimo ego, mencionado por ellos mismos a un servidor para tratar de entender al oriundo de Tabasco. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
