En los primeros tres meses del año, Pemex perdió 4 millones de pesos por minuto; 240 millones por hora; 6,247 millones de pesos por día; 562 mil 251 millones de pesos en tres meses. Con ese dinero se podrían comprar 105 aviones igualitos al que el gobierno va a rifar en septiembre, pero sin avión. Ese dinero es 4.5 veces más que el presupuesto del INSABI, ese sistema de salud que nos dijeron que sería igual al sistema de salud de Suiza y todavía nos seguimos riendo de la ocurrencia.
Pemex es un barril sin fondo. Lo es hoy y lo ha sido toda vida. Pocos son los que se han beneficiado de aquella decisión del 18 de marzo de 1938 cuando se nacionalizó el petróleo y le sirvió a Lázaro Cárdenas para explotar la unidad nacional y para convertirse en el último ‘Dios’ creado por el sistema. Después ya no los hubo, porque la incredulidad se apoderó de los mexicanos y ahora hacen ‘dioses’ temporales de 3 años o de 6, después los botan al basurero de la historia.
El populista y demagogo José López Portillo nos dijo que con tanto petróleo descubierto se generaría tanto dinero que no sabríamos cómo administrarlo. Pero la riqueza se quedó con Salvador Barragán, Joaquín Hernández, El Trampas, entre otros líderes sindicales, igual que hoy se queda con Carlos Romero Deschamps, al que el Presidente López Obrador no toca ni con el pétalo de una rosa.
Los políticos siempre nos dicen que el petróleo es nuestro y sin embargo nos venden gasolina cara. En Estados Unidos el petróleo es de unos pocos y sin embargo, la gasolina es más barata que en México.
Y mientras Pemex sigue perdiendo dinero y su deuda de 103 mil millones de dólares crece todos los días, el Presidente López Obrador se empeña en construir una refinería en Tabasco que está condenada al fracaso, como la que quiso construir Felipe Calderón en Tula, Hidalgo y terminó siendo abandonada.
En otro tema, ya son 74 los casos de Covid-19 que se han detectado en Nuevo Laredo, de los cuales están activos la mitad, es decir, 37, hay 29 recuperados y 8 muertos. Es evidente que aunque un alto porcentaje de la población cumple con las medidas preventivas, hay un pequeño segmento que no lo hace.
Esta pandemia trastornó nuestras vidas. Todos queremos que termine y que regrese la normalidad, pero saldremos de la crisis sanitaria en la medida que haya una colaboración colectiva. No es un tema individual, todos vamos en el mismo transporte y debemos colaborar. Cada quien debe hacer su parte.
De nada servirá reactivar la economía, y que se disparen los contagios y luego se reimplante la cuarentena. No hay otra que acatar las recomendaciones de los expertos.
