La semana pasada finalizó la XV Cumbre de la Alianza del Pacífico. La reunión fue encabezada por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien estuvo acompañado de forma presencial por el presidente de Colombia, Iván Duque; y de manera virtual por los presidentes de México y de Perú.
De la cumbre me gustaría destacar dos hechos sumamente relevantes. El primero, es la declaración conjunta en donde los presidentes reconocen la importancia de la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y de cómo la transformación digital puede acelerar el cumplimiento de la misma. Especialmente durante la crisis que atravesamos, hemos visto cómo la tecnología y la economía digital son herramientas indispensables para que PyMEs mantengan sus operaciones; empleados continúen trabajando; estudiantes tomen sus clases; y para que familias enteras sigan en contacto, pese a la distancia.
Hoy no tenemos la menor duda de que la transformación digital contribuye directamente en el bienestar social y económico de las personas. En este sentido, la declaración firmada por los mandatarios es de suma relevancia, pues los compromete a impulsar el crecimiento, la innovación y el empleo mediante el aprovechamiento de las tecnologías digitales; el fortalecimiento de las habilidades digitales de sus ciudadanos; y la reducción de la brecha digital.
El segundo hecho que celebro es otra declaración conjunta, en esta ocasión para refrendar su compromiso con la igualdad de género y por promover el empoderamiento y la autonomía económica de las mujeres. Sabemos que las mujeres tienen un papel fundamental en el crecimiento de las naciones de la Alianza, por lo que considero atinado y necesario el que los presidentes las contemplen como centro de todas las estrategias de reactivación y recuperación económica. Así de claro, impulsar la igualdad de género nos hará un países más prósperos, pacíficos, y sostenibles.
Además de las dos declaraciones que les mencioné, se adoptaron otros compromisos de suma relevancia. El reto ahora es su implementación y cumplimiento. Los compromisos y mandatos adquiridos no pueden quedar en papel; para cumplirlos los gobiernos necesitarán del sector privado y social como aliados estratégicos. El contexto tan complicado de México, las demás naciones de la Alianza del Pacífico, así como prácticamente las de todo el mundo, requiere de estrategias conjuntas, alianzas y hojas de ruta claras. Sólo así se podrá hacer frente a los grandes retos que enfrentamos ahora y a los que enfrentaremos en el futuro.
