Todo parece indicar que para finales de 2017 ya habría empresas energéticas con la concesión en la mano de licitaciones de campos con formaciones de lutitas para la extracción del gas shale, particularmente en Veracruz, Puebla, Nuevo León y Tamaulipas, pues se retoman tras la publicación de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA).
Cabe mencionar que Petróleos Mexicanos (PEMEX) en años anteriores estuvo desarrollando entre 20 y 30 campos exploratorios, pero no alcanzó a la etapa de extracción-bombeo como tal, primero por falta de recursos económicos y segundo porque no existía una regulación para este tipo de técnica tan especializada, pero tan delicada para el ecosistema. Sin embargo, un grupo de activistas de Tamaulipas que están en contra del fracking en múltiples ocasiones me contactaron para manifestar su oposición al –supuesto- empleo actual de esta técnica pero sin tener elementos de causa.
Irónicamente lo que provocó que me especializara en el sector energético fue precisamente las serias manifestaciones que se estaban realizando en 2011 en Saltillo, Coahuila, por grupos organizados de la sociedad civil contra el empleo del fracking dentro del territorio coahuilense. En aquel entonces escuché todas las voces, unas muy radicales promovidas por extranjeros y otras muy conservadoras, incluso me acercó al coahuilense Rogelio Montemayor Seguy, posteriormente entré a la meca de la zona petrolera más activa –en ese entonces- del mundo: Cotulla, Texas; reportaje publicado en este periódico que me llevó al Premio Nacional de Periodismo como el Mejor Corresponsal (2012).
Es importante estar bien informados sobre la fracturación hidráulica y no solo estar en contra como un cliché ambientalista. Es cierto, el fracking es dañino siempre que se haga de una forma irresponsable como en otras regiones del mundo que tanto he citado en este mismo espacio editorial. Empero mencionar que la legislación de Texas es la más avanzada del orbe, así como su correcta ejecución la pone en la primera fila como ejemplo para la aplicación de esta polémica técnica, lo que anticipa que en México pudiera suceder casi lo mismo que en la realidad texana, abundo a continuación.
La licitación para la explotación de campos de gas shale estaba contemplada para la parte final de la Ronda 1, pero la falta de regulación sobre el tema provocó que fuera movida hasta la Ronda 2.2 en la que incluyeron 12 bloques en la Cuenca de Burgos (principalmente en Nuevo León y Tamaulipas), además del Cinturón Plegado de Chiapas además la Cuenca Salina del Sureste. Conforme a los especialistas medioambientales internacionales, la legislación mexicana que se publicó es de vanguardia, siendo comparada con la texana.
Ahora bien, por lo pronto ya levantó la mano el Grupo Carso para entrarle a la explotación del gas shale mexicano pero todavía no existen condiciones del mercado para que sea rentable, solo hay que observar lo que está sucediendo en Eagle Ford Shale donde se están cerrando pozos diariamente; así que no hay que adelantar los posicionamientos. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
