Nuevo Laredo, Tam. Un joven se debate entre la vida y la muerte al ser herido de un balazo en la base del cuello por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, que dispararon directamente hacia el automóvil en el que viajaba con dos amigos, sin mediar ninguna advertencia.
José Ángel Acosta Naranjo, de 23 años, recibió el disparo en la base del cuello, lado izquierdo, y las esquirlas le perforaron el pulmón y los músculos; los médicos indican que también lesionó la médula espinal. Su estado de salud es muy grave.
Tres jóvenes, Pedro, de 27 años; José Luis, de 30; y José Ángel, de 23, habían salido en la madrugada del Día de las Madres para llevarle serenata a sus mamás.
Viajaban en un vehículo Mercury Milan 2006 y se dirigían a sus domicilios para descansar. José Luis conducía el Milan y, desplazándose por la Calzada Revolución y Puerto México, observó que personal militar había cerrado la circulación con un camión blindado, el SandCat.
“Puse la direccional para dar vuelta y en eso se escuchó una detonación, me asusté y aceleré, y se escucharon otras dos detonaciones. Volteo para atrás y mi amigo estaba herido de bala en el cuello”, señaló José Luis.
Pedro, quien viajaba como copiloto, comparte su experiencia: “Sin motivo alguno, se nos puso enfrente un camión de militares e hizo un disparo y le dio a mi amigo José Ángel”.
Estos testimonios detallan cómo los ciudadanos son víctimas de violencia indiscriminada por parte de los militares, enviados para proteger a la ciudadanía.
La falta de advertencia y el uso excesivo de la fuerza por parte del personal militar han generado un clima de miedo e inseguridad entre la población. “¿Dices que no hubo advertencia? Fue agresión directa, no hubo advertencia”, enfatiza José Luis.
José Ángel permanece en la Sala de Cuidados Intensivos del Hospital de Especialidades y la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas inició una carpeta de investigación; además, los sobrevivientes al ataque militar interpondrán denuncia ante la Fiscalía General de la República.
