CIUDAD DE MÉXICO.-¿Podra México enderezar su rumbo en el Caribe? ¿Se saldrá Estados Unidos con la suya en su nueva apuesta de jugar frente a rivales centroamericanos con frío extremo?
Después de caer en las dos últimas jornadas frente a Estados Unidos y Canadá, México visita el jueves a Jamaica con la urgencia de recuperarse — previo a recibir a Costa Rica y Panamá — para mantenerse en la puja por los primeros puestos de clasificación directa frente a sus rivales del norte. La ronda final de las eliminatorias de la CONCACAF se reanudan con la novedad de contar por primera vez con la ayuda del VAR.
Se trata de nueva ventana de tres partidos en la que Estados Unidos apostará por la nieve y el frío gélido para domar a El Salvador y Honduras; Canadá expondrá su invicto y liderato en su visita a Honduras; y Costa Rica buscará a como dé lugar bajarle los humos a Panamá y acortarle su ventaja en la lucha por el cuarto lugar, que da el pasaje a un repechaje intercontinental.
Canadá (16), Estados Unidos (15) y México (14) ostentan de momento los tres pasajes directos al Mundial, cuando restan seis jornadas por disputarse. Panamá tiene igual cantidad de puntos que México, pero es superado en la diferencia de goles. Más atrás se ubican Costa Rica (9), Jamaica (7), El Salvador (6) y Honduras (3).
MÉXICO, A LEVANTAR CABEZA
Las derrotas como visitante frente a Canadá y Estados Unidos arreciaron las críticas al trabajo del técnico Gerardo Martino, poniéndose en entredicho la continuidad del timonel argentino. El ‘Tata’ asumió las riendas del Tri mexicano en enero de 2019.
Después de marcar el paso al inicio del octagonal, México tropezó en sus dos desafíos más exigentes y sumó su tercera derrota consecutiva en el año contra su eterno archirrival Estados Unidos.
Ahora busca enderezar la ruta imprimiendo algunas novedades en la convocatoria para los choques contra Jamaica, Costa Rica y Panamá, los dos últimos los disputará en su estadio Azteca. Destacan el regreso después de varios meses de ausencia del mediocampista Diego Lainez (Betis) y del defensa Gerardo Arteaga (Genk), así como el llamado de varios jugadores de los Rayados de Monterrey, que se alistan para disputar el Mundial de Clubes, pocos días después de los tres duelos eliminatorios.
La mayor interrogante en México es si podrá contar con su delantero Raúl Jiménez, quien no jugó el fin de semana en el partido de su club Wolverhampton frente al Brentford en la Liga Premier debido a molestias en la pantorrilla.
De momento no parece haber alguna alarma entre los directivos del fútbol mexicano. Dicen que los 14 puntos actuales están muy cerca del objetivo que se trazaron a estas alturas de la eliminatoria.
‘No tengo la menor duda que vamos a pelear los lugares de hasta arriba, de los seis partidos que nos quedan, cuatro son de locales y vamos a tener muy buenos resultados, no sólo para clasificar sino para planear el plan de trabajo rumbo a noviembre’, dijo el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Yon de Luisa.
‘Estamos convencidos que el ‘Tata’ Martino es la persona capaz, inteligente y trabajadora que nos va a llevar a buen puerto en el Mundial de Qatar’, destacó. ‘Incluso pensamos que es un grupo de trabajo que vaya más de un Mundial’.
EU LE APUESTA AL FRÍO
Segundo en la tabla, Estados Unidos tiene un buen panorama para seguir trepando. Dos de los tres partidos de la ventana los jugará de local frente a El Salvador y Honduras, los dos últimos en la eliminatoria, el 27 de enero en Columbus, Ohio y 2 de febrero en St. Paul, Minnesota, respectivamente. Visita a Canadá, en Hamilton, Ontario, el 30 de enero.
Serán partidos en los que las dos selecciones centroamericanas, acostumbradas al calor del trópico, tendrán que lidiar con la nieve sobre el campo y temperaturas bajas extremas.
‘Juegan en lugares calientes, con humedad. He salido a entrenar y estaba demasiado frío. Mi pies sintieron el frío. Pero yo estoy acostumbrado. Vengo de un lugar donde estaba nevando en el último partido’, apuntó el volante estadounidense Brenden Aaranson, quien milita con el Red Bull Salzburgo de Austria.
El técnico Gregg Berhalter busca exprimir la localía, aunque anticipa que ante El Salvador, con el que no pasó del empate sin goles en su visita en el arranque del octagonal, no será probablemente un choque de buen fútbol.
‘Las condiciones serán difíciles para ambos equipos, así que quizás no tendremos un partido bonito’, afirmó Antonee Robinson, el lateral izquierdo estadounidense que milita en el Fulham de la segunda división de Inglaterra.
A Estados Unidos le queda otro partido como local frente a Panamá, en la penúltima fecha del 27 de marzo
CANADÁ, A DEFENDER INVICTO
Trepada sorpresivamente en el primer lugar de la tabla, Canadá sale de casa como la única selección invicta hasta el momento para visitar a una Honduras, hundida en el fondo con tres puntos. La selección centroamericana, que desde las dos últimas fechas la dirige el colombiano Hernán Darío Gómez, había arrancando paradójicamente la eliminatoria con un
empate 1-1 en su visita a los canadienses.
Canadá viaja sin su máxima figura, el lateral Alphonso Davies, quien sufre miocarditis tras dar positivo por Covid-19, por lo que se antoja como su más difícil travesía, que también incluye una visita a El Salvador, el 2 de febrero.
COSTA RICA BUSCA DESINFLAR A PANAMÁ
Costa Rica recibe a Panamá, en un partido donde se juega buena parte de sus posibilidades de pelear en serio al menos por el cuarto puesto, en manos de sus vecinos. Los ticos dominan históricamente en sus enfrentamientos contra los panameños y en su visita a suelo canalero en el inicio de la eliminatoria en septiembre rescataron un empate sin goles,
gracias en buena medida a las atajadas providenciales de su arquero Keylor Navas.
‘Es la última bala que tienen (los ticos) para seguir detrás de nosotros’, dijo el entrenador de los panameños, el danés-español Thomas Christiansen, quien de paso es uno de los pocos entrenadores de la zona que se han referido de momento a la incorporación por primera vez del videoarbitraje en la eliminatoria. Y se expresó a favor de la medida, pese a que divide a la opinión pública.
