NABUMALI, Uganda.- Entre las disputas familiares más delicadas que media Moses Kutoi se encuentran aquellas que involucran a hombres molestos que cuestionan por qué algunos de sus hijos no se parecen a ellos.
Para el líder de clan ugandés, sintonizado con la sabiduría de sus ancestros, el asunto es tabú, nunca debe discutirse con otros. Sin embargo, Kutoi se siente obligado a intervenir con la esperanza de salvar matrimonios que a veces se vuelven violentos y están al borde de la ruptura.
“Incluso yo, no me parezco a mi padre”, le dijo recientemente el líder del clan a un hombre incrédulo al que estaba ayudando.
La paternidad se ha convertido en una prueba clave de fe en este país de África oriental a medida que las pruebas de ADN se vuelven más accesibles, impulsadas en parte por informes publicados de ugandeses conocidos que finalmente descubrieron que no eran los padres biológicos de algunos de sus hijos.
El asunto se ha vuelto tan candente que clérigos y líderes tradicionales ahora instan a la tolerancia y a un regreso a las enseñanzas africanas que los ancianos de la aldea como Kutoi dicen representar.
En el servicio del Día de Navidad del año pasado, el arzobispo anglicano Stephen Kaziimba citó el ejemplo del nacimiento virginal de Jesús —la base de la creencia cristiana— en un sermón que buscaba desalentar las pruebas de ADN entre los fieles.
“Te haces una prueba de ADN y descubres que de los cuatro hijos, solo dos son tuyos”, advirtió. “Así que simplemente cuida a los niños tal como son, como lo hizo José”.
Las disputas de paternidad están proliferando
El Ministerio de Asuntos Internos dirige un laboratorio acreditado por el gobierno que realiza investigaciones por orden judicial. Dice que el número de hombres que buscan pruebas de ADN voluntarias ha aumentado recientemente, con resultados a menudo “desgarradores”.
“Alrededor del 95% de los que vienen para pruebas de ADN son hombres, pero más del 98% de los resultados muestran que estos hombres no son los padres biológicos”, declaró Simon Peter Mundeyi, portavoz del Ministerio de Asuntos Internos, a los periodistas en julio.
Su consejo para los hombres fue no buscar pruebas de ADN de paternidad “a menos que tengan un corazón fuerte”, dijo.
Los centros de pruebas de ADN han surgido por todo Uganda, con publicidad agresiva por parte de laboratorios clínicos en la radio y en espacios públicos. Algunos taxis de pasajeros en Kampala, la capital de Uganda, han tenido sus ventanas traseras cubiertas con anuncios de instalaciones que ofrecen pruebas de ADN.
En Nabumali, un pequeño pueblo donde Kutoi es el alcalde, la mayoría de las familias no pueden pagar pruebas de ADN, que superan los 200 dólares en el único laboratorio privado equipado para realizar dicho trabajo en la cercana ciudad de Mbale.
Las parejas que buscan la ayuda de Kutoi apenas pueden tolerarse entre sí cuando se acercan a él. Intenta aliviar la tensión con chistes autocríticos y compartiendo su propia experiencia con el tema tabú. A Kutoi le gusta señalar que, aunque no se parece a su padre, fue elegido como heredero de la familia de todos modos, lo que le permitió convertirse en líder de clan entre el pueblo Bagisu.
En el pasado, si un hombre hablaba públicamente sobre paternidad, los ancianos de la comunidad lo visitaban. Podía ser castigado, incluso obligado a pagar una multa, indicó Kutoi.
“Un hombre no debe dudar de que tal o cual niño es suyo”, señaló Kutoi, agregando que ni siquiera estar borracho es excusa.
Las disputas están vinculadas a la propiedad y los procedimientos de divorcio
Hoy en día, muchas disputas de paternidad en Uganda giran en torno a la distribución de la propiedad después de que el patriarca de la familia ha muerto, pero también durante los procedimientos de divorcio cuando se disputa el apoyo conyugal.
En el caso reciente más destacado, unas pruebas de ADN ordenadas por la corte mostraron que un académico adinerado en Kampala no era el padre de uno de sus tres hijos. Ese caso ha sido ampliamente cubierto por la prensa local, subrayando la paternidad como un problema que afecta a una amplia gama de familias.
El reverendo Robert Wantsala, vicario de una pequeña parroquia anglicana en el distrito oriental de Mbale, habló sobre la variedad de desacuerdos de paternidad que ha encontrado. Recordó a una mujer que hizo una prueba de ADN al hijo de su difunto esposo antes de que pudiera ser considerado beneficiario de la herencia, a dos hombres que se pelearon por un niño que cada uno creía que era suyo y a un hombre que le dijo a su hijo adulto que quería una prueba de ADN porque no se comportaba como un miembro de la familia.
“El hombre le dijo a su hijo: ‘Este carácter no está en mi familia'”, relató Wantsala, recordando un incidente de 2023.
El hijo respondió con fuerza, ganándose la aprobación de su comunidad al decirle a su padre que aceptaría una prueba “con la condición de que invites a mi (difunta) madre”.
Wantsala hizo eco del consejo de Kaziimba, el primado anglicano, diciendo que siempre les dice a los hombres dudosos que dejen el asunto en manos de Dios.
“Cuando vienen, de cualquier manera que vengan, los niños son niños”, aseguró. “Un niño que nace en el hogar, ese es tu hijo. Incluso en la tradición africana así era”.
Los hombres que buscan pruebas de ADN sin pensar en las consecuencias están perdiendo el tiempo, sostuvo Kutoi.
“Para nosotros, sabían que el niño te pertenecía independientemente”, aseveró, hablando de la sociedad tradicional africana.
Desheredar a los hijos era inaudito, aunque se sabía que algunos hombres tomaban medidas discretas como ofrecer al hijo en disputa una herencia de tierras lejos del recinto ancestral en el que se instalaría el heredero, afirmó Kutoi.
Líderes religiosos aconsejan a las familias
Otros líderes religiosos han organizado sesiones de consejería.
Andrew Mutengu, pastor de Word of Faith Ministries en Mbale, afirmó que la paternidad es un tema recurrente en muchas disputas que media entre sus 800 miembros de la congregación.
El mes pasado ayudó a la esposa de un rico empresario cuya hija pequeña fue reclamada por un exnovio, un barbero local. Después de que la mujer confesó que había sido infiel, Mutengu convocó al barbero, quien accedió a dejar de publicitar su reclamo en interés de la niña.
“Va por ahí alardeando de que ‘yo soy el padre'”, expresó sobre el barbero. “En realidad estaba causando problemas porque esta mujer está en un hogar con otro hombre que es en realidad el esposo conocido”.
Mutengu dijo que cree que más hombres en su comunidad buscarían pruebas de ADN si fueran más baratas, sin importar los llamamientos de los líderes religiosos.
Incluso Kutoi sonaba dudoso cuando su hijo de 29 años cruzó el recinto una tarde reciente en su casa en Nabumali. El hijo es de piel clara y más alto que su padre, quien aprovechó la oportunidad para contar un chiste.
“Viste a este chico alto. Ese es mi hijo”, dijo. “Cuando lo miraste, ¿se parecía a mí?”


