LONDRES.- Al igual que lo hicieron sus ancestros durante siglos, el conde de Devon ocupa un escaño en el Parlamento británico, contribuyendo a formular las leyes del territorio. Pero es posible que esto se acabe.
Los legisladores británicos aprobaron en principio el martes un proyecto de ley para despojar a los aristócratas por herencia de su derecho a ocupar un escaño y a votar en la Cámara de los Lores, después de más de 700 años. El gobierno laborista señaló que la decisión completará una reforma, largamente estancada, de la cámara alta del Parlamento y eliminará una reliquia “obsoleta e indefendible”.
“En el siglo XXI, no debería haber lugares en nuestro Parlamento, formulando nuestras leyes, reservados para quienes nacen en ciertas familias”, dijo el martes el ministro constitucional, Nick Thomas-Symonds, al abrir el debate sobre el proyecto de ley en la Cámara de los Comunes.
Señaló que Reino Unido es uno de los dos únicos países —el otro es Lesoto— con un elemento hereditario en su Parlamento.
Pero lord Devon piensa que es arriesgado manipular la Constitución no escrita de Reino Unido, que “ha sobrevivido a una cantidad terrible de adversidades e infortunios durante todo un milenio”.
“El hecho de que yo realice un trabajo que le fue concedido por la emperatriz Matilda a mis ancestros en 1142, y que siga en curso y funcionando, es un ejemplo notable de constancia y continuidad”, dijo el conde, un abogado de 49 años cuyo nombre de pila es Charles Peregrine Courtenay.
El Parlamento británico tiene dos cámaras: la Cámara de los Comunes, cuyos miembros son elegidos directamente por los votantes de 650 distritos electorales de todo Reino Unido, y la de los Lores, que no son elegidos. Durante siglos, ésta estuvo compuesta por nobles varones —las mujeres no fueron admitidas hasta 1963— cuyos derechos de voto eran heredados a sus hijos, junto con sus títulos aristocráticos. En la década de 1950, a ellos se unieron personas con “títulos vitalicios” —políticos retirados, líderes cívicos y otros notables— nombrados por el gobierno.
En 1999, el gobierno laborista del entonces primer ministro Tony Blair retiró a la mayoría de las más de 750 personas con títulos hereditarios de la Cámara de los Lores, aunque, para evitar una rebelión de aristócratas, se permitió la permanencia temporal de 92 de ellos.
Un cuarto de siglo después, 88 herederos siguen allí, un grupo exclusivamente masculino con un promedio de edad de casi 70 años. Cuando uno muere o se jubila, sus compañeros de sangre azul celebran elecciones para sustituirlo. Courtenay se incorporó a la Cámara de los Lores en 2018 tras ganar unas elecciones en las que había 19 candidatos y 31 votantes con derecho a voto.
Los compañeros que se sientan en la ornamentada y dorada Cámara de los Lores no reciben un salario, pero pueden reclamar 361 libras (472 dólares) al día en gastos y pueden disfrutar de los bares, salones de té y restaurantes subvencionados del Parlamento. Es un trabajo para toda la vida, a menos que los miembros decidan jubilarse o —en un cambio reciente— sean expulsados por inasistencia.