Adaptarse o morir. Esa parece la máxima que más aplican las grandes compañías a la hora de aprovechar los avances tecnológicos, sobre todo cuando estamos hablando de los sectores que ofrecen servicios clásicos, pero que deben hacer frente a una actualización de las posibilidades que le ofrecen los nuevos tiempos. El comercio, la restauración o el entretenimiento son buenos ejemplos, aunque no los únicos, de esta nueva era y del importante salto cualitativo de los últimos 10-15 años.
El papel de la web en la transformación de comercio y restauración
El eCommerce es uno de los casos más representativos de esta adaptación. Si bien su impacto en el global de las compras realizadas es representativo, cercano al 20%, lo más importante es la tendencia ascendente de esta forma de consumo: se calcula que, de cara al año 2040, el 95% de las compras se realizarán por internet. Las razones de la cada vez mayor predilección de los usuarios por este tipo de compra son diversas, aunque podemos destacar algunas: por un lado, los costes son ajustados, ya que muchos comercios no necesitan un lugar físico para exponer o almacenar sus bienes; por otro lado, está la posibilidad de acceder a valoraciones de otros usuarios respecto de la experiencia de compra. También hay que tener en cuenta la facilidad en los pagos y la recepción en casa de las mercancías, completando un proceso de compra total en un tiempo reducido y sin desplazamientos.
Otros de los motivos que impulsan al cliente a sumergirse en esta modalidad pasan por la posibilidad de poder comprar en lugares remotos o la incorporación de ofertas potentes, como ocurre con el “Black Friday”. La restauración sigue patrones un tanto similares con la entrega en casa de alimentos, que pueden venir adquiridas en la web del propio establecimiento o a través de las empresas de nuevo cuño como Uber Eats, que han probado tener una gran aceptación entre los consumidores, cambiando sensiblemente los hábitos de estos.
La era digital en el entretenimiento
La eclosión del ocio digital ha tenido en las plataformas de streaming uno de sus grandes aliados. La posibilidad de acceder a contenidos audiovisuales a través de la web con catálogos muy nutridos y a un coste reducido ha significado un importante ataque a la televisión tradicional y ha acabado con los clásicos videoclubs, que ya se vieron muy afectados en su momento con las webs de descargas de películas. Hoy, Prime, HBO Max, Disney+ y otras tantas copan una parte importante de la audiencia, aunque empiezan a dar muestras de saturación del mercado, a tenor de los últimos resultados de Netflix. Aun así, y tras una previsible restructuración de la oferta que puede estabilizar el sector, sigue siendo uno de los mejores ejemplos de cambio de un mercado clásico gracias a la tecnología.
El mercado de los servicios audiovisuales no es el único que ha sufrido una profunda transformación al rebufo de los avances en este campo, también otro de los puntales del ocio digital se ha visto enormemente beneficiado por la evolución tecnológica: hablamos de los juegos disponibles en la red, así como de su máxima expresión, los entretenimientos adaptados a los dispositivos móviles.
Su oferta, en la última década, ha crecido exponencialmente con correlación positiva a las nuevas redes de transmisión de datos, que ofrecen un mayor y más rápido intercambio entre usuario y la entidad ofertante. Lo hemos visto en los videojuegos adaptados a celular, donde su calidad ha manifestado una transformación llegando a cotas inimaginables de excelencia hace apenas unos años; se observa también en otros formatos más clásicos que incluyen diversos complementos en su entorno para mejorar la experiencia del cliente, como la inclusión de los detalles del funcionamiento en el caso del poker online o diversas anécdotas históricas en el caso del ajedrez. Lejos quedan los tiempos de los móviles destinados solo a realizar y recibir llamadas: hoy es un dispositivo de enorme funcionalidad y su uso se ha diversificado enormemente, también en el apartado del ocio.
Lógicamente, no son los únicos ejemplos: la comunicación y la información han sufrido una importante transformación con las redes sociales; y la irrupción de la banca electrónica también ha representado un cambio en el mundo financiero tradicional. Pero a modo ilustrativo, estos casos sirven para hacerse una idea generalizada de lo que ha significado la tecnología en la última década y de lo imparable de los cambios para los próximos años gracias a las innovaciones que han llegado y otras tantas que vendrán.
