Nuevo Laredo, Tam.— Por el delito de lesiones, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Guardia Nacional fueron denunciados por un adolescente de 17 años ante la Fiscalía General de la República (FGR).
Este caso representa la segunda denuncia en tres días por presuntos abusos cometidos por personal militar en esta frontera.
Tristán Alejandro, menor de edad, fue agredido físicamente por uniformados, quienes le robaron 400 pesos, su teléfono celular, cartera con documentos y tarjetas, además de vandalizar el automóvil Ford Taurus blanco que conducía —propiedad de su padrastro— y sustrajeron la comida que llevaba para su familia.
La Fiscalía General de la República inició la carpeta de investigación FER/TAM/NVO.LAR/0000547/2025 en contra del personal militar de SEDENA y Guardia Nacional.
El lunes por la tarde, Tristán regresaba a su domicilio tras comprar dos tostadas de un establecimiento local y cinco burritos.
Al circular por el sector centro, tomó una calle en sentido contrario por error, pero corrigió su ruta tomando la avenida Mendoza. En la intersección con la calle Victoria, fue interceptado por militares y elementos de la Guardia Nacional, quienes lo bajaron del vehículo con violencia.
Tras una revisión sin hallazgos ilícitos, los uniformados le robaron la comida, dinero y pertenencias. A pesar de no encontrar indicios de delito, golpearon al adolescente, lo amenazaron de muerte y lo subieron a una patrulla, donde continuaron agrediéndolo. Uno de los militares utilizó un cuchillo para pinchar las llantas del auto y destrozar los asientos, ignorando las súplicas del joven de no dañar el vehículo, propiedad de su padrastro.
Finalmente, bajo amenazas, lo obligaron a correr mientras le apuntaban con armas. “Me dijeron que, si no corría, me iban a matar”, relató Tristán, quien huyó del lugar. El joven, quien trabaja en un autolavado, presentó la denuncia ante la FGR, que ya inició una carpeta de investigación por estos hechos.
Esta es la segunda denuncia contra personal militar en la zona. En el primer caso, una joven trabajadora denunció abuso sexual por parte de soldados y elementos de la Guardia Nacional.
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