Nuevo Laredo, Tam.— Por la comisión de diversos delitos, entre ellos el de lesiones, una joven de 20 años, interpuso una denuncia en contra de agentes de las Fuerzas Especiales de la Guardia Estatal y el coordinador Luis Ángel Peñaflor Camey ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, donde se inició la carpeta de investigación FGJT/FD/NUEVOLAREDO/NLDO/UG12/0168/2025.
Esperanza Noemí, una joven de 20 años, fue víctima de un accidente vehicular provocado por elementos de la Fuerza Especial de la Guardia Estatal. El impacto, ocurrido en la intersección de las calles Anzures y Aeropuerto, no solo le dejó lesiones físicas severas, sino que también evidenció una cadena de abuso, intimidación y negligencia institucional que la tuvieron al borde de una cirugía.
Con temor pero con dignidad, la joven hizo detallo lo sucedido al presentar su denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, los hechos ocurrieron cuando ella respetó la luz verde del semáforo y avanzó con su vehículo. Sin embargo, una patrulla de la Guardia Estatal que se había pasado la luz roja la embistió con fuerza. El golpe la inmovilizó, le provocó severos espasmos en las manos y un cuadro de crisis nerviosa agudo. Lo más grave: recientemente se recuperaba de una cesárea, y la colisión le causó una ruptura interna en las capas de la piel, lo que puso en riesgo su vida y pudo derivar en una intervención quirúrgica mayor.
“Me empezaron a decir cosas muy feas, que me bajara, que moviera la troca. Yo ya no podía mover las manos, la boca se me dormía, me sentía mal… y ellos me decían que no me podían ayudar. Me quitaron mi celular, me intimidaron, me preguntaban quién me había mandado”, narró Esperanza, aún visiblemente afectada.
El nivel de violencia institucional fue escalando. Los agentes, en lugar de solicitar atención médica inmediata, la forzaron a cambiar de lugar en su propio vehículo, manipularon la escena del accidente para ocultarla de la vista pública. No fue sino hasta que llegó su tía y exigió auxilio que se activó el llamado a los servicios de emergencia.
Las acusaciones alcanzan directamente al coordinador de la Guardia Estatal en Nuevo Laredo, Luis Ángel Peñaflor Camey, quien encabezaba a los elementos involucrados. La joven exige que tanto los responsables materiales como su superior jerárquico respondan por los daños físicos, emocionales y materiales ocasionados.
Este caso se suma a una creciente preocupación en Tamaulipas por los constantes señalamientos de abuso de autoridad y uso excesivo de la fuerza por parte de corporaciones estatales. La intimidación a la víctima, la omisión de auxilio médico y la manipulación de la escena del accidente configuran un patrón de impunidad que exige una respuesta contundente de las autoridades.
“Yo solo quiero justicia. Quiero que se hagan responsables de lo que hicieron, de cómo me dejaron. Tengo miedo, pero no me voy a quedar callada”, concluyó Esperanza Noemí, sosteniendo los papeles de su denuncia y la esperanza de que su voz sea escuchada más allá de las paredes de la Fiscalía.
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