PARÍS.- Un controversial proyecto de ley que elevaría la edad de jubilación en Francia de 62 a 64 años recibió un impulso después de que el Senado adoptó la medida en medio de huelgas, protestas y basura no recolectada que se acumula día con día.
La primera ministra francesa Elisabeth Borne tuiteó la noche del sábado que después de la votación 195-112, espera la aprobación definitiva de la iniciativa, aplaudiendo un “paso decisivo rumbo a una reforma que garantizará el futuro de nuestro” sistema de jubilaciones.
Pero la iniciativa ahora debe avanzar por territorio político escabroso en donde podría haber múltiples resultados.
Primero se dirige a una comisión de siete senadores y siete legisladores de la cámara baja para encontrar terreno en común entre las versiones de los dos recintos el miércoles, cuando los sindicatos tienen prevista una octava ronda de marchas de protesta a nivel nacional.
El presidente Emmanuel Macron mantiene su postura a pesar de que la basura no recolectada se acumula en París y otras ciudades como resultado de una huelga de los trabajadores de basura que se oponen al proyecto de ley y la reducción de servicios y suministros en otros sectores, como el transporte y la energía.
Macron ha rechazado las solicitudes de los sindicatos para concretar una reunión, la cual el líder del sindicato izquierdista CGT, Philippe Martinez, comparó con “mostrarnos el dedo medio”.
El gobierno no ha respondido a una solicitud de un sindicato de realizar una “consulta ciudadana” sobre la iniciativa, propuesta presentada el sábado después de una nueva jornada de marchas que atrajeron a un número mucho menor de personas a las calles que las protestas de hace cuatro días.
El presidente del Senado, Gerard Larcher, se dijo orgulloso de la labor de sus colegas después de su votación, un día antes de la fecha límite, señalando que el organismo de mayoría conservadora desempeñó su papel “con un solo objetivo sin importar lo que sintamos, el interés del país y el interés del pueblo francés”.
