PARÍS.- Trabajadores y líderes sindicales en diversas partes del mundo salieron este sábado a protestar para exigir más protecciones laborales en medio de una pandemia que trastocado las economías y evidenciado los abusos.
En los países que marcan el 1 de mayo como el Día Internacional del Trabajo, la celebración anual de los derechos de los trabajadores produjo un espectáculo poco común durante la pandemia: multitudes grandes y apretadas, con manifestantes caminando hombro con hombro con los puños cerrados detrás de carteles.
En Turquía y Filipinas, la Policía impidió las protestas del Primero de Mayo, imponiendo confinamientos por el coronavirus y realizando cientos de arrestos. En Francia, algunos manifestantes se enfrentaron con la Policía. Para los líderes sindicales, el día fue una prueba de su capacidad para movilizar a los trabajadores frente a las profundas perturbaciones económicas.
En Francia, miles salieron a las calles con pancartas y banderas sindicales. Las marchas estuvieron rodeadas por la Policía antidisturbios, y en ocasiones hubo enfrentamientos. Las mascarillas que usaron muchos manifestantes fueron un recordatorio de cuánto ha cambiado la vida desde las últimas celebraciones tradicionales del Primero de Mayo, en 2019, antes de que la propagación del coronavirus destruyera vidas y medios de subsistencia y erosionara las libertades civiles, a menudo incluido el derecho a manifestarse.
La Policía antidisturbios se enfrentó a algunos manifestantes en París y en la ciudad sureña de Lyon, mientras que las barricadas en llamas arrojaban nubes de humo al aire de la capital. En París, las autoridades arrestaron a 34 personas, y en Lyon a cinco. Pero la mayoría de las decenas de marchas en Francia transcurrieron sin incidentes.
Algunas manifestaciones fueron notablemente menos concurridas que las anteriores a la pandemia. Rusia sólo tuvo una fracción de sus habituales actividades del Primero de Mayo, en medio de las prohibiciones de reuniones por el Covid-19. El Partido Comunista Ruso atrajo sólo a unos pocos cientos de personas para depositar coronas en Moscú. Por segundo año consecutivo en Italia, el Primero de Mayo pasó sin las habituales grandes marchas y conciertos de rock.
Pero en Francia, Alemania y otros lugares donde se permitieron las manifestaciones, los trabajadores expresaron sus preocupaciones sobre empleos y protecciones. En Bosnia, el minero de carbón Turni Kadric dijo que él y sus colegas “apenas sobreviven”.
En Indonesia, la economía más grande del sudeste asiático, miles de personas expresaron su enojo por una nueva ley de empleo que los críticos temen reducirá la indemnización por despido, disminuirá las restricciones para los trabajadores extranjeros y aumentará la subcontratación a medida que la nación busca atraer más inversiones. Los manifestantes en la capital, Yakarta, colocaron falsas tumbas en la calle para simbolizar la desesperanza y se estaban llevando a cabo marchas en unas 200 ciudades.
En Alemania, donde las manifestaciones anteriores del Primero de Mayo a menudo se volvieron violentas, la Policía desplegó a miles de oficiales y advirtió que intervendrían si los protestantes no cumplían con las restricciones del coronavirus. Las protestas en Berlín pidieron alquileres más bajos, salarios más altos y expresaron otras preocupaciones.
En Italia, la Policía se enfrentó a unos cientos de manifestantes en la ciudad norteña de Turín. En Roma, el jefe de Estado de Italia rindió homenaje a los trabajadores y trabajadores de la salud.
“Particularmente grave ha sido el impacto de la crisis en el trabajo femenino y en el acceso de los jóvenes al empleo”, dijo el Presidente italiano Sergio Mattarella.
Al otro lado del Atlántico, en Brasil, miles de manifestantes que respaldaban la postura contra los confinamientos del Presidente Jair Bolsonaro se reunieron en la emblemática playa de Copacabana de Río de Janeiro, una de varias reuniones de este tipo en todo el país. También hubo protestas en Brasilia y otras ciudades para denunciar el manejo de la pandemia por parte de Bolsonaro.
