CIUDAD DE MÉXICO.- El escándalo financiero en contra los Legionarios de Cristo, organización religiosa encabezada por el michoacano Marcial Maciel, se ventiló con la exhibición de los Paradise Papers en 2007, cuando se detectó que contaba con paraísos fiscales en Bermudas e Islas Vírgenes.
En 1994, cuando Maciel cumplía 50 años como sacerdote, se dio a conocer que desde dos años antes ya había comenzado a constituir empresas fantasma en distintos países.
Maciel estableció en Bermudas la sociedad International Volunteer Services.
La firma le sirvió para invertir los millonarios ingresos de sus organizaciones a un paraíso fiscal y no pagar impuestos.
Esa cuenta fue creada en Citibank y a ella tenían acceso las personas de confianza de Maciel, como rectores de universidades religiosas y operada desde el despacho fiscal y legal Appleby.
En esos años, además de gozar del apoyo del Papa, Maciel estaba en expansión su imperio educativo, para lo cual requería tejer una estructura financiera sólida.
Los negocios de Maciel se vinieron abajo cuando falleció Juan Pablo II, en abril de 2005.
El nuevo Papa, Benedicto XVI, empezó casi de inmediato una investigación a la Legión de Cristo, y en mayo de 2006 ordenó a su fundador retirarse del sacerdocio al comprobar la veracidad de las acusaciones que señalaban que había abusado sexualmente de decenas de novicios durante más de 50 años, además de haber asumido identidades falsas para seducir a dos mujeres, con las que tuvo tres hijos.
El 27 de junio de 2013 también fue liquidada la sociedad International Volunteer Services, que había sido establecida el 18 de noviembre de 1994. Con su disolución, también se extinguió el fondo de inversión Ecyph Limited, en Islas Vírgenes.
