Nuevo Laredo, Tam— Mientras la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, utiliza vuelos comerciales para trasladarse por el país, la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas, parece no haber recibido el mismo mensaje de austeridad de la Cuarta Transformación.
En un despliegue de lujo que raya en la incongruencia, la edil neolaredense optó por un jet privado para asistir a una sesión extraordinaria de Morena en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el pasado 29 de noviembre. Y, por supuesto, el costo de esta travesía, que ronda los 23 mil pesos por hora de vuelo, fue cubierto con el dinero de los ciudadanos de Nuevo Laredo.
Lo que hace aún más cuestionable este lujo es que no se trata de una urgencia nacional o un evento internacional que justifique semejante gasto. No, Canturosas Villarreal optó por viajar en un Cessna Conquest 425 (con matrícula estadounidense N425BS), a pesar de que un vuelo comercial directo entre Nuevo Laredo y Ciudad Victoria hubiera sido más que suficiente. Contrató a la empresa Spur Aviation LLC, misma que cobra aproximadamente 23 mil pesos por hora.
Pero claro, parece que la austeridad no es tan atractiva cuando se tiene acceso a fondos públicos que se pueden usar a conveniencia. ¿De dónde proviene el dinero para financiar estos viajes? De los 300 millones de pesos que la misma alcaldesa se asignó para la Oficina de la Presidencia Municipal, fondos que, como es evidente, no se destinan precisamente a beneficiar a los neolaredenses.
Además de la aeronave privada, Canturosas Villarreal llegó con un impresionante despliegue de seguridad, lo que deja claro que su viaje no fue precisamente un acto de sencillez y humildad. Todo esto ocurrió mientras, en la misma fecha, la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, denunciaba los excesos de varios funcionarios morenistas, criticando la ostentación de aquellos que gastan el dinero público en «ropa, joyas y camionetas» mientras se presentan como los abanderados del cambio y la lucha contra la corrupción.
Este episodio resalta la contradicción dentro de la 4T, donde, en un sistema que se autodenomina como defensor de la austeridad y la equidad, algunos funcionarios se benefician del erario con una hipocresía sin igual. Mientras Claudia Sheinbaum opta por la austeridad viajando en vuelos comerciales, otros, como Canturosas, disfrutan del lujo de un jet privado, mientras que el pueblo sigue esperando respuestas a sus necesidades más urgentes.
En un partido que se dice comprometido con la erradicación de la corrupción y los privilegios, ¿cómo se justifica esta muestra de descaro? Claro, para algunos, todo esto podría ser solo un «desliz» de la alcaldesa. Pero para quienes estamos atentos a las prácticas del gobierno de la 4T, esta es una señal clara de que la austeridad es solo un eslogan, no una realidad.
La pregunta es: ¿será este el tipo de gobierno que la ciudadanía merece? Porque a juzgar por el vuelo privado de Canturosas, parece que la única austeridad que conocemos es la que queda en las promesas vacías, mientras los fondos públicos siguen siendo utilizados para mantener los lujos y caprichos de la alcaldesa neolaredense.
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