SAN FRANCISCO .- Los bomberos que combaten los fuertes incendios forestales en California podrían obtener un respiro gracias a una baja en las temperaturas, en momentos en los que expiran las alertas rojas de peligro de fuegos extremos. Sin embargo, California sigue encaminada a alcanzar una marca sombría: 1,6 millones de hectáreas (4 millones de acres) quemadas este año por los incendios forestales.
El estado está a unas 8.000 hectáreas (20.000 acres) de alcanzar la cifra sin precedentes, dijeron los bomberos. En tanto, siguen ardiendo dos incendios de gran tamaño que han provocado la muerte de cuatro personas y arrasado con cientos de viviendas en la región vinícola y en el extremo norte.
Los fuertes vientos que se había pronosticado que iban a avivar las llamas desde el miércoles no se han materializado y las alertas rojas de peligro de fuego extremo por un clima con altas temperaturas, seco y con rachas de vientos iban a expirar a las 6 de la mañana.
Se tenía previsto que durante el fin de semana bajaran las temperaturas y los modelos de pronóstico a largo plazo indicaban la posibilidad de lluvias a principios de la próxima semana.
Pero con California siendo un polvorín de árboles muertos y arbustos secos tras semanas de altas temperaturas y años de sequías, se podrían desatar incendios en zonas rurales, pastizales y bosques densos, incluso sin que haya vientos que los impulsen.
“Nos pone un poco nerviosos el hecho de que no estamos fuera de peligro en lo que respecta a lo que podría ocurrir en California”, dijo Jonathan Cox, subdirector del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (CAL FIRE, por su acrónimo en inglés).
La disminución en los vientos fue una bendición en los condados de Sonoma y Napa. Aunque las llamas seguían, los equipos obtuvieron un respiro luego de que batallaron para impedir que el fuego pasara las líneas de contención y retomara su camino hacia las comunidades escénicas.
“La buena noticia es que, con la falta de viento, no tuvimos más problemas de control”, dijo Ben Nicholls, jefe de división del CAL FIRE.
“Sin embargo, debido a la falta de viento, el humo se ha mantenido en su lugar” y dificulta que los aviones ataquen las llamas, añadió.