Grinberg, de 61 años, que ha aparecido en unos 30 filmes, habló el lunes en lo que se suponía que sería el inicio del juicio de Depardieu, pero que fue pospuesto hasta marzo debido a preocupaciones sobre la salud del actor de 75 años.
Grinberg conoce a Depardieu desde hace más de tres décadas, y actuó con él en una película de 1991 y en el filme “Les volets verts” (“Las persianas verdes”). El juicio se centra en la presunta agresión sexual a dos mujeres, una diseñadora de producción y una asistente de dirección, en el set de este último filme en 2021.
Depardieu niega cualquier conducta indebida.
En los últimos meses, Grinberg ha decidido hablar sobre la necesidad de cambio, uniéndose a otras actrices francesas que decidieron denunciar sobre el lado repulsivo de la industria del país.
“Durante varios años, fui testigo de esto… sin ninguna reacción, como todos los demás”, le dijo a The Associated Press. “Porque estaba abrumada por la violencia y también porque en ese momento, no lo considerábamos violencia”.
Sin embargo, con el movimiento #MeToo y más mujeres que han compartido sus testimonios, algo “ha cambiado” en los últimos años, dijo. “Y he tomado la medida de esta violencia”.
Grinberg también dijo que conoce personalmente a la actriz Charlotte Arnould, quien acusa a Depardieu de dos violaciones supuestamente cometidas en agosto de 2018 en un caso separado. Depardieu fue acusado en 2020 de violación y agresión sexual en ese caso, pero un magistrado aún tiene que decidir si irá a juicio.
“Lo complicado en casos de violencia sexual es que la mayoría de las veces, las mujeres no se mueven, no se defienden. Y no es porque consientan, es porque están simplemente petrificadas. Algo ha muerto dentro de ellas, paralizadas por el terror, por el asco”, dijo Grinberg.
“Ahí es donde tenemos que educar a la sociedad, así como al sistema judicial”, agregó.
Grinberg describió con detalles gráficos los comentarios obscenos que dijo que Depardieu hacía en el set de “Les volets verts”.
“La sociedad en su conjunto realmente ha sido una gran cómplice en estas acciones, estos excesos, estas desviaciones”, dijo Grinberg. “He sido testigo, en sets de filmación, que estaban completamente en silencio o riéndose de esta violencia verbal”.
Dijo que muchos en el mundo del cine permanecieron en silencio porque temían que no podrían trabajar más si hablaban contra personas poderosas en la industria.
El juicio de Depardieu muestra que los tiempos han cambiado, especialmente dado que las presuntas víctimas no eran prominentes. Las “manos pequeñas” que trabajan en la industria del cine “están hablando y diciendo basta. Realmente basta”, dijo Grinberg.
A principios de este año, la actriz francesa Judith Godrèche hizo un llamado a la industria cinematográfica de Francia para “enfrentar la verdad” sobre la violencia sexual y el abuso físico durante la ceremonia de los Premios César, la versión francesa de los Óscar. “Podemos decidir que los hombres acusados de violación ya no dominen el cine (francés)”, dijo Godrèche.
El año pasado, una de las principales actrices de Francia, Adèle Haenel, anunció que abandonaba la industria cinematográfica francesa que denunció por su “complacencia hacia los agresores sexuales”.
Haenel, estrella de la película galardonada en Cannes en 2019 “Retrato de una mujer en llamas”, publicó una carta abierta en la revista Telerama en la que dijo que Cannes y otros pilares de la industria cinematográfica francesa están “dispuestos a hacer cualquier cosa para defender a sus jefes violadores”.