Nuevo Laredo, Tam. Casi todos los días, quienes habitan y circulan sobre la calle Anáhuac, desde Privada Esteban Baca Calderón hasta Artículo 123, en la colonia Ferrocarrilera, deben navegar las aguas negras y sortear las alcantarillas sin tapa y saturadas de agua residual.
Son alrededor de cuatro cuadras por donde escurre el drenaje sanitario que ya dejó estragos en el pavimento, al dañar el acceso de la avenida Gómez Farías, que ya está llena de baches y agua de drenaje.
Por esta vía, acceden los padres de familia que deben llevar a sus hijos a estudiar a la Primaria Héroes Ferrocarrileros, teniendo que pasar sobre esta zona accidentada y manchar sus automóviles de las aguas negras y, quienes van a pie, ensuciarse los zapatos y uniformes.
Pero también sobre la calle Anáhuac los alumnos y padres de familia que van a la Secundaria No. 4, deben caminar sobre el brote de drenaje, y lo peor es cuando los automovilistas los salpican.
Este problema recurrente de salud y que daña las calles, no ha podido ser controlado por las autoridades, y los ciudadanos deben seguir manchando sus unidades, por lo que han optado por mejor no lavarlos pues inmediatamente son ensuciados.
Los trabajadores de este lugar, donde hay una tienda de conveniencia, una vulcanizadora, un tianguis, un taller y otros negocios como restaurantes, al ver la presencia de los medios de comunicación, comentaron: “repórtenlo, ya tenemos mucho tiempo así y huele bien gacho. No podemos comer a gusto”.
Esas fueron solo algunas de las expresiones aunque hubo otras subidas de tono, cansados de que pasan los días y simplemente no se arregla el brote de aguas negras.
En este mismo sector hay alcantarillas sin tapa y, las que sí tienen, a su alrededor hay varillas expuestas, que aumentan el peligro al circular por esta calle donde los automóviles pueden dañarse.
Además, la banqueta norte está intransitable, pues tiene hierba crecida que obliga a los peatones a bajarse al arroyo de la calle, exponiéndose a ser atropellados.