La planta de Fukushima Daiichi fue dañada en el terremoto y tsunami de 2011, que provocó fusiones en sus tres reactores y causó la acumulación de grandes cantidades de agua radioactiva
Las autoridades japonesas dicen que el agua se filtrará a niveles que cumplirán holgadamente el estándar mínimo internacional para su liberación y se diluirá más en agua de mar antes de verterla, lo que la hará inofensiva.
Las imágenes del refuerzo de acero al descubierto han generado preocupación acerca de la seguridad del reactor.
Los antiguos residentes y visitantes celebraron la apertura más reciente mientras caminaban por una calle conocida como 'el túnel de los cerezos'.
El agua radiactiva ya tratada comenzaría a descargarse dentro de unos dos años. Pescadores, habitantes y vecinos del país se oponen a la medida.
No está claro cuando reaparecerá, ni dónde o en qué circunstancias.
El público tendrá acceso limitado a la llama y los organizadores esperan limitar el tamaño de la multitud por las restricciones en vigor por el coronavirus.
