Se cumplió el primer tercio de las campañas políticas. A este ritmo, se antoja difícil alcanzar una votación del 40 por ciento y quizá no anden tan alejados los que calculan una participación de entre un 30 a un 35 por ciento. Con una participación así va a ser fundamental la intervención de las estructuras territoriales, que básicamente las tienen el PAN y el PRI.
En el pasado estas estructuras les han dado triunfos aplastantes a ambos partidos.
El PAN logró 84 mil votos en el 2013 y 78 mil en el 2016, contra menos de 50 mil de su más cercano.
En otro tema, cuando nos desgobernaba Vicente Fox, los mexicanos creíamos que con él se rompería el molde y ya no habría un Presidente tan chiflado; con Enrique Peña Nieto pensamos que no habría otro tan despistado; y de pronto llegó Andrés Manuel López Obrador, les dio un empujón a Fox y a Peña y les dijo: ¡Quítense que aquí estoy!
López Obrador va que vuela para ser el peor Presidente en la historia de México. Santa Ana le está quedando corto y eso que este no vaciló en dejar el cargo para defender la patria, aunque lo hizo tan mal que perdió, a diferencia de AMLO que le tiene pavor a Donald Trump y por eso no protesta cada vez que nos insulta. Debería seguir los ejemplos de Theresa Mey y Ángela Markel, que esas si son señoronas y le responden cuando hay que hacerlo.
La última ocurrencia de López Obrador fue pedir que levantaran la mano, en un evento de 4 mil gentes en Oaxaca, si estaban de acuerdo en la construcción del tren transístmico, la mayoría levantó la mano y AMLO dijo que ya es legal, sin importar que en el Estado viven 4 millones de habitantes.
Ahí en Oaxaca la gente está harta de que los maestros de la CNTE no den clases y se dediquen a bloquear carreteras, museos, restaurantes turísticos, pero nadie los para, sin importar el color del partido que gobierna.