Los ciudadanos de la frontera norte siguen esperando una explicación del fracasado programa de Zona Libre. El gobierno federal -como en muchos otros temas- asume el silencio como su única defensa.
Nadie expone las razones por las que no se han cristalizado las promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, mismas que fueron refrendadas como un programa prioritario del gobierno federal en su visita de enero a Reynosa.
Otra inacción del gobierno redunda en desorden y caos en la frontera; el cierre parcial de puentes es apenas la reacción inicial del Presidente Donald Trump tras las insistentes amenazas de cierre.
A cada hablada de Trump, -que es todos los días- el gobierno de la Cuarta Transformación guarda silencio.
“No responder es parte de la estrategia” fue lo que declaró el canciller Marcelo Ebrard ante la reiterada exigencia mediática de respuestas.
¿Donde está el Lopez Obrador que en campaña advertía que exigiría a Trump respetar a México? ¿Dónde quedó el candidato que criticaba al entonces presidente Peña Nieto por su tibieza ante las ofensas a la nación?
El viernes anterior, el Presidente de los Estados Unidos anunció que está evaluando la aplicación de sanciones a México derivado de la crisis de inmigración ilegal y tráfico de drogas en la frontera sur
La primera sanción sería aplicar un arancel del 25 por ciento a los vehículos que lleguen desde México a su país, según le dijo a periodistas en Washington.
En las conferencias mañaneras, los reporteros han cuestionado con insistencia la postura de AMLO ante la arbitraria actitud de Trump pero el Presidente mantiene el silencio. Evade responder.
“No nos vamos a pelear con el gobierno de Estados Unidos. Amor y paz”, ha declarado el Presidente.
La frontera norte de Tamaulipas y la frontera sur de Texas tienen una vida en común. Miles de personas fluyen diariamente por cuestiones de estudios y trabajo. Las filas son largas.
Las remesas funcionan mediante el programa “Justo a Tiempo”. La recomendación es buscar cruces alternos que implicarían mas tiempo y más gastos.
En el lado americano también hay consecuencias. Las actividades del comercio se han reducido. Los empresarios han advertido que cerrar el paso sería para Trump como un balazo en el pie.
La incertidumbre crece en la frontera a cada amago de Trump y aumenta con el silencio del presidente de México.
