Hace unos diez días en promedio, arrancaron las precampañas para conquistar las gubernaturas de Coahuila, Estado de México y Nayarit, arrojando en las primeras encuestas prácticamente empates técnicos en las tres entidades entre los dos principales punteros: Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra el Partido Acción Nacional coaligado o no.
Para iniciar las precampañas provocaron un freno forzado a los gasolinazos y esto pareciera haber generado un buen saque de banda como para tener un empate técnico para los aspirantes priistas a las diversas candidaturas; sin embargo, como bien dicen que en las letras chiquitas está el diablo, estos procesos electorales no escapan del demonio que se cocina más allá de sus precandidatos posicionados. Si bien, no existen fórmulas mágicas y ni estrategias dictadas como ley bíblica para seguirlas al pie de la letra, en la generalidad el resultado electoral depende del desempeño del candidato, la campaña y su estructura de promoción del voto.
Tener un empate técnico en el arranque de las precampañas puede resultar bueno, siempre cuando exista una estructura sólida para soportar el correcto avance hacia el triunfo electoral de su eventual candidato. Mientras esto no suceda, difícilmente conseguirán ganar las elecciones para el próximo 4 de junio; pero es meritorio enfatizar que está regla aplica para siempre, particularmente los que ya están acariciando el proceso presidencial de 2018.
Las estructuras tienen un punto de partida desde sus partidos, es innegable esa condición. Entonces revisemos la fotografía actual.
El PRI Nacional concentró toda su atención en el Estado de México, incluso semanas previas a la salida de su precandidato Alfredo del Mazo enviaron operadores políticos para cada una de las regiones mexiquenses, mientras todo aparenta que han dejado a la suerte local –hasta el momento- a Coahuila y Nayarit, mientras en Veracruz no se le ven nada de interés por la operación que tendrán en las elecciones municipales. Por su parte, se desmoronan las dirigencias estatales en las entidades que el año pasado tuvieron campañas a las gubernaturas que fueron perdidas.
El PAN Nacional sigue sin tener un plan estratégico nacional evidente, mientras están muy cuestionadas las formas para elegir sus precandidatos y coaliciones tanto en Coahuila, como en Nayarit, todo parece indicar que nuevamente dejarán a su suerte a Josefina Vázquez Mota quien ahora va por el Estado de México. El año pasado tuve la oportunidad de conversar con ella sobre su candidatura presidencial, todavía no superaba la inacción panista así como la traición de un grupo en lo particular. ¿Habrá aprendido la lección como para ponerla a su servicio en esta nueva campaña?
El PRD Nacional no se le ve lado y con la actual dirigencia apunta a la ignominia estructural en la que predominarán con mayor fuerza las tribus, que un proyecto real de izquierda que otrora fue, sobre esto, hace un mes platiqué largamente con René Bejarano quien encabeza el Movimiento Nacional por la Esperanza, el cual está avanzando en todo el país. ¿Servirá para unirse a Andres Manuel López Obrador? ¿Usted qué opina?
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