Hay un chiste con cierta moraleja que narra que en cierta ocasión iba un hombre caminando por la selva, cuando de pronto lo rodea un grupo de salvajes caníbales, y se veía que no tenían muy buenas intenciones. “¡Ya me llevó el carajo!”; dijo el hombre. En eso, el cielo se abrió, apareció un rayo de luz y se escuchó una voz profunda que le dijo: “¡No, todavía no, lo que debes hacer es quitarle la lanza al jefe caníbal y clavársela a su hijo en el corazón!” Entonces, el hombre pelea con el jefe, le quita su lanza y se la clava en el pecho al pequeño que estaba junto a él, ante el asombro de todos los caníbales.
El hombre voltea al cielo, y se vuelve a escuchar la voz: “¡Ahora sí, ya te llevó el carajo!” Esto viene a colación porque hace unos días me di por enterado de la protesta de unos alumnos de un Colegio de Bachilleres de Chihuahua que protestaron porque las autoridades escolares se negaron a permitirles el acceso a clases por negarse a cortarse el cabello, lo cual es una de las obligaciones que marca el reglamento escolar de esa institución, y de muchas otras de todo el país.
Los jóvenes protestaron con pancartas con leyendas de “El cabello no estudia”, en clara rebeldía a las acciones de sus mentores. Y tiene razón, el cabello no estudia, los que estudian son ellos, pero así como son buenos para protestar deben ser buenos también para acatar las reglas, y entender ante todo que el corte del cabello no es una necedad de las autoridades educativas, sino que es más que nada una acción de higiene, pero sobre todo de disciplina, de sujetarse a lo que dictan las normas escolares, no de ahora, sino de hace mucho tiempo. Sucede que hoy en día los jóvenes quienes hacer lo que les viene en gana, pasando por alto todas las reglas que han existido a lo largo de la vida. Ya se le ponen al tú por tú a los maestros por cualquier cosa, ya no tienen respeto por ellos, ni por sus compañeros, ni por las propias instituciones.
Y lamentablemente hay maestros que no les dicen nada, para evitar problemas, pues ya ha habido casos de docentes que han sido agredidos por padres de los mozalbetes que incurren en acciones nefastas. Así pues ahora los jóvenes quieren ir con la greña suelta a clases, y si se les permite esto al rato van a querer ir sin uniforme, sin libros, y hasta sin ganas de estudiar, pues ya poco les falta para ello, ante la complacencia de las autoridades educativas, y el solapamiento de grupos nefastos que han sido los principales causantes de la descomposición social, al llegar acusar a maestros exigentes y disciplinarios, de abusivos e intolerantes, cuando lo que urge en las escuelas es precisamente mano dura, volver a dar reglazos, jaladas de oreja, y demás castigos que antes se imponían por esos segundos padres que eran nuestros maestros.
La verdad muchos seguimos sin entender cuándo fue que empezamos a permitir el descarrilamiento de nuestro sistema educativo, el permitir que algunos padres protestaran por los castigos a sus hijitos bajo el argumento de que los podríamos traumar, siendo que hoy en días esos chamacos insolentes nos tienen traumados a todos con sus malos comportamientos. Por eso no cabe duda que cada vez vamos de mal en peor en la cuestión educativa, cada vez hay más chamacos descarriados que hacen lo que les viene en gana.
Por eso no cabe duda que en la cuestión educativa ¡ya nos llevó el carajo! por haber ido cada vez haciendo cosas peores, como en el caso del chiste, solo que en el chascarrillo el enojo del padre es entendible, más no así los enfados de aquellos padres que en su momento se enfadaron, y todavía aún se enfadan, porque no quieren que les digan nada a sus hijitos.
