CIUDAD DE MÉXICO.- Ya sea haciendo compras de pánico o incumpliendo la “sana distancia” para salir de casa sin tener algo esencial que hacer, la forma en que la pandemia por el Covid-19 afecta el comportamiento individual de los ciudadanos es uno de los aspectos que más han llamado la atención durante las semanas de la contingencia.
Así lo consideraron especialistas del Proyecto ICCO (Integración de Ciencias del Comportamiento y Economía) de la UNAM, cuya directora, la Doctora en Psicología Melisa Chávez, elaboró un artículo con todas las implicaciones que esta disciplina tendrá en el comportamiento de todos los actores involucrados en combatir esta contingencia sanitaria.
En entrevista con REFORMA, Chávez destacó que algunos aspectos del contexto en el que el País se integró a la pandemia han sido causa de falsas percepciones de seguridad, como el desfase de un mes respecto a los primeros casos, lo cual explica en parte el incumplimiento de la sana distancia en casos no esenciales.
¿Por qué seguimos viendo gente en las calles?
Hay elementos para pensar que no se está percibiendo adecuadamente el riesgo que todas personas corremos, también podría haber ahí un cierto elemento de pensar: a mí no me va a pasar, un “sesgo de optimismo”, esta creencia de que “yo estoy hasta cierto punto en contra de la situación, porque estoy haciendo todas mis medidas”.
¿Y las compras de pánico?
Lo que hacen las personas a nuestro alrededor es muy importante, como lo que estuvimos viendo sobre el papel de baño o el alcohol, en este tipo de situaciones las expectativas y las creencias que nosotros tenemos respecto a lo que van a hacer los demás influye en nuestro comportamiento.
Si estoy viendo que a mi alrededor están corriendo a comprar cosas, me puede generar la idea de que tienen información de algo que yo desconozco, se establece en cierto sentido una nueva norma social.
¿Qué puede darnos una falsa percepción de seguridad?
De repente, el Gobierno no tiene mucha credibilidad para cierta parte de la ciudadanía y no se toma en serio lo que dice, es una cuestión histórica.
Otro elemento importante que vale la pena destacar es que las personas no solemos escuchar mucho a los científicos: pareciera que no nos está entrando el mensaje de que éste es un tema serio.
La especialista ejemplificó que la información relacionada con el grupo poblacional con afectaciones más graves (los adultos mayores) puede influir en que la población más joven se sienta con menor riesgo de contagio o enfermedad.
“Hay gente que sí está bastante ansiosa y también hay que tener cuidado, pues justo estar en constante estrés también es dañino.
“También hay gente que empieza lavándose las manos bien los primeros tres días y después lo dejan, o que usan cubrebocas y dejan de lado el aseo adecuado de manos, hay que estar recordando constantemente las cosas que debemos hacer y no hacer”, consideró.
Sin embargo, estimó que mantener a la población informada constantemente es una de las formas de evitar comportamientos que pudieran afectarles posteriormente.