Lo escuchaba desde niño y tuve la oportunidad de conocerlo personalmente ya de joven, cuando tocaba en uno de los bares que yo frecuentaba. Era alto y obeso, de melena larga y barba, pero con una voz privilegiada. Donde quiera que se presentara hacía ambiente y ponía a bailar a la gente. Y aunque era un ídolo en Nuevo Laredo, lo era más en otras ciudades, incluso del extranjero, donde encabeza los carteles musicales.
Era Víctor Hugo Ruiz, con su grupo Zaaz, el orgullo de Nuevo Laredo, como bien lo llamaba Don Ramberto Salinas Carmona, el empresario de los bailes, de los grandes bailes, dueño del salón El Señorial. Víctor Hugo inició su carrera artística con el Combo La Conquista, que después pasó a ser el Súper Combo La Conquista, donde empezó a pegar, pero no fue hasta que decidió cambiar el nombre al grupo por el de Zaaz, que le llegó el éxito.
Fue en la década de los 80´s cuando sus canciones empezaron a escucharse en la radio, gracias al empuje que le dio Don Ramberto Salinas, quien en aquel entonces también era locutor en la radio y dirigente del Sindicato de Locutores, por lo que logró promover muy bien a su ahijado, como él lo llamaba, aparte de ponerlo en las carteleras de El Señorial, donde amenizaba con otros grupos de la época como Tropical Panamá, Los Plebeyos, Mister Chivo, el Grupo Pegasso, entre otros.
Paradójicamente el Zaaz tomó mayor fama gracias a que cuando el grupo Pegasso se separó y “El Pollo” Federico Estevan creó su propio conjunto, la agarró contra él tras sacar Pegasso la canción “Muñequita”, misma que sacó Zaaz en uno de sus discos. Eso fue motivo para que “El Pollo”, en varias grabaciones atacara a Víctor Hugo, quien en cierta parte se vio beneficiado, pues cada vez que sacaba un disco la gente lo compraba para ver que contestación daba a los ataques, que en realidad casi no los hubo, pues Víctor Hugo nunca cayó en el juego de “El Pollo”, pero si aprovechó “la publicidad” que este le daba.
Zaaz se convirtió así en el grupo más representativo de Nuevo Laredo, y aunque locamente era telonero, en ciudades como Piedras Negras, Acuña, Nueva Rosita, Saltillo, Torreón y otras, encabezaba las carteleras. Llegó a tocar también en la zona metropolitana de Monterrey y en muchas otras ciudades de México, y también de Estados Unidos, donde eran unos ídolos. En Piedras Negras incluso hay un barrio con el nombre de Zaaz en su honor, esto tan solo por citar su fama en otras poblaciones.
Grabó un sinfín de éxitos, que sería imposible citarlos todos en este espacio, muchos de ellos en cumbia, pero también magníficas baladas y baladas rítmicas, que en lo personal son las que más me gustan, y en especial me encanta la de “Llavero”, que por cierto fue escrita por Don Ramberto Salinas Carmona, y que fue uno de sus primeros éxitos. Víctor Hugo Ruiz fue un grande, y murió justamente como quisieran morir todos los grandes músicos, arriba del escenario, aquel 15 de septiembre del 2004, cuando presentándose en los festejos de aniversario de la Independencia de México, celebrados justamente en su natal Nuevo Laredo, cayó fulminado por un ataque al corazón en medio de la concurrencia. Por fortuna, años después de su fallecimiento, el grupo Zaaz resurgió de la mano de su hijo, Víctor Hugo Ruiz Jr., quien tiene gran parecido físico con su padre, pero mejor aún, le heredó también la privilegiada voz, pues canta casi igual que él.
El Junior ha sido un digno heredero de la corona de su padre, y junto con su hermana Vanessa siguen haciendo historia y honrando la memoria de su progenitor. De hecho a veces cuando escuchó las viejas grabaciones del Zaaz y escuchó a Víctor Hugo Ruiz decir “es y seguirá siendo Zaaz”, entiendo ahora que tenía preparado a su hijo para continuar su legado, y así seguir haciendo historia en la música regional, y sobre todo poniendo en alto el nombre de Nuevo Laredo.
¡Zaaz!
