En el ambiente tamaulipeco vuelan las menciones de sanciones y más sanciones.
Por ejemplo, para muchos habitantes del municipio de Soto la Marina no causó sorpresa lo que le está pasando a uno de sus ex presidentes municipales.
Que el Congreso del Estado haya dictaminado que no se aprobara la cuenta contable y presupuestaria de ese municipio.
Cuenta que corresponde al ejercicio fiscal 2017 cuando era alcalde el señor Habiel Medina, y que desde ese entonces había señalamientos en ese municipio sobre la bravura con que se estaba manejando el presupuesto.
Fueron constantes las quejas de la ciudadanía en torno al manejo de los dineros públicos en esa localidad, y ahora es el propio Congreso del Estado quien le da para atrás a la cuenta del ex alcalde.
Y ni qué decir del dictamen negativo en las cuentas de la panista-priísta y ahora ¿morenista? De Magdalena Peraza Guerra, ex presidenta municipal de Tampico.
Las aventuras de algunos de sus funcionarios en los dineros públicos de los tampiqueños ahora le están pegando duro a la ex alcaldesa tampiqueña.
Siempre trabajaron en lo oscurito y se sabe que tenían bodegas en varios direcciones de Tampico, incluso una en Veracruz, cerca del límite con Tamaulipas, donde guardaban de todo, incluyendo la ayuda ciudadana a los damnificados de los terremotos y que no entregaron.
Y me imagino que quien debe estar contento con los apuros que pasa en estos momentos Magdalena Peraza es nada menos que Óscar Pérez Inguanzo, ya que la maestra Magdalena fue parte importante para que el ex alcalde cayera a la cárcel.
En fin. Con estas acciones se ve que va en serio el asunto de castigar a los infractores de la ley, no importando de qué partido político sean.
Y lo que ya no es novedad es que Xicoténcatl González Uresti, alcalde de Ciudad Victoria, sea el peor edil calificado en el país.
No tiene remedio este señor, y es una vergüenza para la capital del estado tenerlo al frente del ayuntamiento local.
Pero también deberían ponerle atención a los funcionarios de su alrededor, ya que algunos están haciendo su “gran morralito” para cuando dejen palacio municipal.
Se habla de compras de vehículos de lujo, casas y hasta una finca “a las afueras de ciudad Victoria”. ¡Vaya usted a saber la verdad!
Pero lo cierto es que las propiedades que se han comprado en el último año y que “suenan” alrededor de nombres de funcionarios municipales victorenses se irán descubriendo conforme al paso del trienio.
