Quejumbrosos

En la vida hay gente que se queja por todo. Son un mar de quejas, nada les parece, por todo se molestan y con su actuar generan un entorno nocivo para los demás. Gente que se queja que en verano hace mucho calor, pero en invierno se queja que hace mucho frío. Que se quejan que no llueve y con ello el calor es más insoportable, y luego cuando llueve, se quejan que no pueden salir a la calle. No disfruta los climas. Hay gente que se queja que tiene mucho trabajo y que se mata trabajando todo el día, por lo que optan por renunciar “a la pesada carga” y cuando van en busca de otra oportunidad se quejan de que no hay suficiente trabajo, y sobre todo bien pagado, siendo que antes tenían un buen empleo, trabajoso y todo, pero al fin y al cabo trabajo. Por eso se llama así, t-r-a-b-a-j-o. No faltan los que quejándose por la carga de trabajo piensan que no les caería mal enfermarse, y luego cuando el Todopoderoso los castiga enfermándolos, pues se quejan precisamente de estar enfermos. Están también los que se quejan de que ya quieren vacaciones, y luego se van de vacaciones y se quejan de que se gastaron todos los ahorros, sin haber disfrutado los días de asueto. Ni que decir de quienes se quejan que no viven bien, que no tienen una buena casa, un buen coche y buena escuela para sus hijos, pero cuando por fin llegan a tener una buena casa se quejan de los enormes gastos que esta genera; cuando tienen un buen vehículo, se quejan del alto costo del mantenimiento del mismo, y cuando inscriben a sus chamacos en un colegio particular, se quejan de lo costoso de las colegiaturas. Hay quienes incluso se quejan de la vida marital que lleva, que ya no aguantan al cónyuge, que han pensado incluso en el divorcio. Y luego cuando su pareja los deja, ahí andan quejándose de que los abandonaron, de que nadie los quiere, de que son unos infelices desgraciados, sin razonar que ellos mismos se lo buscaron, con los pensamientos que crearon. Incluso en el ámbito político hay quienes se quejan por el actuar del mal gobierno, y optan por una nueva opción, y luego ahí se andan quejando de que el nuevo gobernante tampoco cumplió sus expectativas, y aquel apoyo que en su momento le dieron, se convierte en crítica. En fin, hay gente que se queja de todo, y por ende no puede vivir en paz, consigo mismo y con los demás. Hasta caen mal, se convierten en seres a los que la gente les saca la vuelta, ¿y que creen?, pues entonces se quejan de que nadie los quiere, que nadie se quiere juntar con ellos y hasta se quejan de que los odian, porque esa es su naturaleza, estarse quejando constantemente, estar colmando la paciencia de los demás. Si eres de los que te quejas, no lo hagas más. Vive la vida como es, si hace calor disfrútalo aun así andes todo empapado de sudor, y disfruta de una bebida bien helada, con hielos saliendo al borde del vaso; y si hace frío igual, así te tiemblen hasta los huesos, disfruta de un café muy caliente, así te escaldes la lengua. Si tienes trabajo, agradécelo, realmente hay mucha gente que ya quisiera el puesto que tú tienes, gente que espera la oportunidad de que te despidan. Tengas lo que tengas en lo material, acéptalo, sé feliz con ello. Entiende que la soledad se mide por igual en una enorme casa, que en una casa pequeña; que una cartera barata carga lo mismo que una cartera cara; que un reloj de 200 dólares da la misma hora que un reloj de 200 pesos. Entiende que la felicidad no viene de las cosas materiales, sino de la alegría que se siente por estar vivo, ser útil, tener gente cercana con quien platicar y convivir, reír a carcajadas, soñar despierto, bailar, cantar, hacer lo que quieres, sin quejarte y sin mortificar y perjudicar a los demás.