El colega Marco Rodríguez Leija se la está rifando en la Dirección de Arte y Cultura, para lo cual ha puesto en marcha un intenso programa de actividades que van desde talleres de pintura y literatura, teatro, exposiciones, funciones de cine, danza y un largo etcétera.
Marcos es un apasionado de la lectura, la música y la escritura y se mueve como pez en el agua en la encomienda que le encargó la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas. Está en lo suyo y disfruta lo que hace.
Ciertamente la cultura vende poco, pero se tiene que promover de manera permanente. Alguna vez escuché a alguien decir que en Europa hasta los obreros disfrutan la opera. Y es cierto, porque es en su idioma, lo que permite comprender lo que se está cantando.
En los tiempos de Tomás Yarrington, en el teatro Adolfo Mateos se presentó La Traviata y en una pantalla aparecía la traducción de lo que se iba diciendo. Fue una chulada que, por cierto, no se ha vuelto a repetir y bien se puede hacer a través de la ópera que se transmite desde Nueva York y que en ciudades como Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México se puede disfrutar en pantallas de cine, previo pago, por supuesto.
Hace un siglo, al filósofo José Vasconcelos se le ocurrió mandar a editar los clásicos, para ser distribuidos en las bibliotecas y en escuelas. Son tomos que se consiguen en las librerías de viejo y en sitios digitales especializados en la venta de libros. Pocos los leyeron hace un siglo, pocos los leen en nuevas ediciones, pero no por eso se sigue aplaudiendo a Vasconcelos, el fundador de la SEP y ya de viejo, admirador de los nazis y de Adolfo Hitler. A los grandes hombres hay que conocerlos con sus virtudes y defectos.
En fin, la cultura es saludable para el alma.
Otro funcionario recién designado, que también se mueve como pez en el agua, es el abogado Guillermo Domínguez Álvarez, a cargo de la Dirección de Gobierno del Ayuntamiento. Domínguez es el encargado de dialogar y conciliar con los grupos políticos. Le entiende al tema.
Por otra parte, para el 2022 los partidos con registro en Tamaulipas van a recibir 264 millones de pesos de financiamiento público, en tanto que a nivel nacional la bolsa a repartir es de 5,821 millones de pesos. En ambos casos, estas cifras están sujetas a aprobación del Congreso del Estado y el Congreso Federal. Son, pues, las propuestas que presentan el IETAM y el INE y serán los diputados locales y los federales los que decidan si se autorizan o no.
Es mucho dinero, se va a repetir, como se hace cada año, pero todo queda en simple comentario. Al final se aprueba el financiamiento.