Los de Morena dijeron que eran diferentes, pero desde el inicio de su mandato se ha comprobado que son incompetentes, además de ineptos.
Más idiotas ya no pueden ser. Ahí está el caso del cínico gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, primero diciendo que a Rafael Moreno Valle y Erika Alonso, murieron porque “Dios los castigó”. Ahora sale con la burrada de que el coronavirus solo le da a los ricos y que “los pobres somos inmunes”.
El “pobrecito” gobernador es dueño de la mansión en la que vivió el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, ubicada en la alcaldía de Coyoacán, valuada en 120 millones de pesos, pero Barbosa sostiene que la compró a precio de oferta: 10 millones de pesos. Nada mal para este pobre ciudadano.
La realidad es que Barbosa es obeso y diabético y ya le cortaron un pie. Si llegase a contraer el coronavirus su salud estaría en riesgo, a diferencia de gente joven y sana.
Ante la contingencia sanitaria y la frivolidad e irresponsabilidad del gobierno federal, son los gobiernos estatales y la sociedad los que le hacen frente.
Este jueves, el gobierno de Tamaulipas adelantó que se prepara un programa de estímulos fiscales y económicos para apoyar pequeñas empresas y comercios que generan empleos, que son las más afectadas por la pandemia.
Así como Tamaulipas muchos otros estados están haciendo lo que el gobierno federal no quiere hacer. Estados como Michoacán, Sonora, Jalisco, Edomex, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, Sinaloa, Nuevo León, Ciudad de México, Zacatecas y Sinaloa, han anunciado paquetes para apoyar con estímulos fiscales y créditos a los pequeños empresarios.
Nadie está pidiendo que el gobierno federal rescate a las grandes empresas. Ese es un discurso tramposo del Presidente. La prioridad son las pequeñas empresas que dan empleo a unos pocos trabajadores, veinte a lo más. Si se les deja solos en la crisis, tendrían que cerrar.
Además, no piden que se les regale el dinero, sino que se les ofrezca créditos baratos, con tasas de interés bajas.
El problema es que tenemos un Presidente irresponsable que desprecia a los empresarios y nos les reconoce su papel como generadores de empleo y bienestar y por eso cancela el permiso para que se instale una empresa cervecera en Mexicali que cumplió con todos los requisitos para poder operar, que ya invirtió 900 millones de dólares en la construcción de su nave y a la cual le dice que puede reubicarse en otra parte del país, aunque no aclara si le va a entregar los 900 millones de dólares que ya invirtieron.
Solo en un país surrealista en el que el año pasado el crecimiento fue de menos 0.1 por ciento y con la crisis económica que trajo el Covid-19, se puede dar un caso de la cancelación de un proyecto de 1,400 millones de dólares, como si las inversiones extranjeras estuviesen llegando de manera masiva.
