A sus 86 años, Porfirio Muñoz Ledo sigue dando de qué hablar.
En días pasados llamó hipócritas y lambiscones a sus compañeros de Morena por aprobar, sin chistar, las iniciativas de ley que envía el Ejecutivo, o sea el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Meses atrás, cuestionó la política migratoria del gobierno mexicano y lamentó el sometimiento a los Estados Unidos.
En 1988, cuando tenía 54 años y era senador del PRI, fue uno de los varios legisladores que interrumpieron al Presidente Miguel de la Madrid, en la presentación de su último informe de gobierno. Fue una jornada intensa, en la que varios gobernadores llamaron traidor a Muñoz Ledo, le recordaron a su madrecita y lo escupieron, mientras abandonaba la Cámara de Diputados. Ese año, los informes dejaron de ser la fiesta del Presidente.
Meses antes Muñoz Ledo formó, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, que también militaba en el PRI, la corriente democrática en un intento por democratizar al Revolucionario Institucional, pero fracasaron y terminaron dejando el partido y formaron el Frente Democrático Nacional, al que se adhirieron el PSUM, PFCRN, PMT, priistas y muchos más.
El movimiento opositor cimbró al sistema priista, en una situación similar a la de 1940 y 1952.
Ex dirigente nacional del PRI y del PRD, ex secretario de Educación, varias veces senador y diputado federal por el PRI, PRD, PT y Morena, ex candidato presidencial por el PARM en el 2000, candidatura que abandonó en pleno proceso, Porfirio Muñoz Ledo siempre ha sido polemista.
Cuando era dirigente nacional del PRD, hace ya unos cuantos años, vino a Nuevo Laredo en varias ocasiones.
Hasta ahora la 4T solo le hace daño a México. Esperemos que el daño no pase del sexenio y que después de una noche oscura llegue un nuevo día en que el país se pueda levantar y reconstruir como lo ha hecho desde que se convirtió en nación independiente, hace casi 200 años.