Nada más en México ocurre que el gobierno pone en marcha un programa de créditos para enfrentar a la crisis sanitaria, y la ciudadanía los desprecia.
El gobierno federal autorizó un millón de créditos a mini-mini-changarritos y solo se entregaron 191,981. Para el resto no hubo solicitantes y el programa se cerró el 15 de mayo.
Presuntamente el programa estaba dirigido a empresas con hasta 10 trabajadores, que no hayan despedido personal en los tres primeros meses del año. Los 25 mil pesos, son pagaderos a tres años y con una tasa de interés del 6 por ciento, medio punto arriba de la tasa de referencia del Banco de México que es de 5.5.
En apariencia una tasa del 6 por ciento es baja, y lo es si lo comparamos con lo que se cobra por el uso de una tarjeta de crédito, la cuestión es que en una crisis económica el gobierno debe facilitar préstamos con tasas que no pasen del índice inflacionario. En Chile, con una tasa de 3.3 de inflación, el gobierno autorizó créditos a las empresas con una tasa del 0.5 por ciento. Esta es la mejor forma de vencer a la crisis, de generar desarrollo y que se incremente la recaudación de impuestos.
Las micro-empresas están explorando otras formas de financiamiento, buscando nuevos socios, reduciendo gastos, recurriendo a créditos de la banca comercial, reinventándose para ampliar su clientela. E igual hacen las medianas y grandes empresas a las que el Presidente obliga a comprarles boletos para la rifa del avión, sin avión, y ahora los deja solos.
Para una empresa con 10 trabajadores, con sueldo mínimo, más el pago de impuestos y gastos operativos, 25 mil pesos les alcanzan para cubrir las necesidades de dos o tres días. No les resuelve nada, con el agregado de que necesitan liquidez para hacer frente a los siguientes meses, porque aún cuando se abra la economía, la recuperación será lenta.
El gobierno federal está dejando solos a los empresarios. El Presidente se empeña en gobernar para los pobres y está cumpliendo su objetivo al ampliar su número, pues en la actual crisis los que se encuentran en la pobreza extrema pasaron de 6.1 a 10.2 millones. Hay nuevos clientes electorales. Cada pobre es un voto más para el gobierno. Por eso no quiere que se terminen.
El problema de la crisis y la falta de acciones para enfrentarla, es que el gobierno recaudará menos impuestos y tendrá menos dinero para los programas sociales y más adelante tendrá que desaparecer al ejército o a la SEP para de ahí tomar recursos para los pobres. Suena estúpido, pero con la 4T todo puede pasar.
Si en estos momentos, en vez de cuatro trimestres continuos con crecimiento negativo, la economía estuviese robusta, con un crecimiento de 3 o 4 puntos porcentuales, el Presidente estuviera pavoneándose de que sí cumplió su palabra de hacer crecer al 4 por ciento anual y no estaría mencionando lo de la medición con base al bienestar.