Los días que vivimos son de inevitable reflexión.
El último tramo del año, transcurrido entra la conmemoración del nacimiento de Jesús y la nostalgia de un año que se va, traen de golpe los recuerdos, las perdidas y las ganancias. La evaluación es inminente.
No por nada, según las estadísticas de las instancias de salud en el mundo, estas son las fechas de mayor depresión, esa que escapa a la condición humana y que incluso aumenta la posibilidad de los suicidios.
El tema económico pesa mucho en el ánimo personal. Las dificultades de dinero representan uno de los factores más reiterados en el origen del fenómeno.
Aún no termina el 2016 y ya impera el desánimo frente a los desafíos del 2017. Las preocupaciones empiezan desde ahora y es que “brincando” el año se liberarán los precios de la gasolina y del diésel lo que arrojará un temido incremento que podría llegar hasta el 20 por ciento.
José Antonio González Anaya, director general de Petróleos Mexicanos trató de ser cauteloso en la entrevista matutina con el periodista Carlos Loret de Mola pero reconoció que están en proceso de definir el monto del aumento.
El precio se tendrá que ajustar porque las cosas “cuestan lo que cuestan”, dijo textual
La medida será gradual en las diferentes entidades del país y para el mes de noviembre la liberación del precio estará vigente en el 90 por ciento del territorio nacional.
La Comisión Reguladora de Energía reveló en el calendario de los precios de liberación que el proceso comenzará en Baja California y en Sonora. En el caso de Tamaulipas la liberación está contemplada para el mes de junio.
Significa que la definición quedará sujeta a la oferta y la demanda.
El incremento a los combustibles, derivado -según la explicación oficial- del nivel en los precios internacionales del petróleo y el tipo de cambio peso-dólar, es apenas el principio.
Vendrá después el alza indiscriminada de los básicos, el aumento al transporte y la carestía generalizada en un contexto familiar de sueldos raquíticos y mayores limitaciones económicas. Un círculo vicioso en el que seguimos inmersos y que parece no tener una pronta salida.
El 2017 es un año importante para el presidente ENRIQUE PEÑA NIETO y para su partido, el PRI.
El costo político de la medida tendría un impacto de grandes proporciones, pero causalmente, en los tres estados donde se renovarán gubernaturas ese año, la liberación de precios está contemplada para después de la jornada de votaciones.
Si, según el calendario electoral, será el domingo 4 de junio cuando los ciudadanos de los estados de México, Coahuila y Nayarit elijan nuevo ejecutivo en un proceso que mantiene al país en expectativa porque se trata de la elección previa a la presidencial del 2018, además de que la primera de las entidades es la casa del presidente.
Por si fuera poco, es la primera, después del revés del 5 de junio cuando el PRI perdió siete de las doce gubernaturas en disputa.
En Coahuila la liberación será el 15 de junio mientras que en Edomex y Nayarit será el 30 de octubre.
Así, o más planeado.
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